MI 13º CAMINO COMPOSTELANO DIFERENTE
Del 10 al 23 de mayo de 2010
Por si a alguno pudiera interesar, dos años y pico después saco
de mi archivo el texto que escribí en mi Diario 2010 “para los de casa”. Y lo acompaño con algunas fotos, también de
mi cosecha de entonces.
El lector no va a encontrar aventuras de cine ni novela, sólo la narración de unos días de la vida del peregrino humilde, sufridor y esforzado. ¡Es la aventura real de la vida!
Domingo, 9 de mayo, en tierras castellanas.
Por la mañana nos despedimos de la familia palentina en
Aguilar de Campóo. Comida rápida y viaje a Burgos, desde donde Dulce, Zigor y
Maialen vuelven a Arri. Yo a las 17,30 voy en bus a Madrid, ya en una tarde
soleada. De 20,30 a 22 h. me da tiempo de dar un paseo por el barrio de
Salamanca. Aunque la salida es puntual, enseguida nos detenemos casi una hora
en la estación Sur de Madrid, al parecer la principal para los viajes a Lisboa.
Un bus casi al completo de portugueses nos llevará a su capital a las 6,45 h.p., tras un largo control de
unos 20 minutos muy centrado en dos individuos por parte de la policía lusa.
El Peregrino y la Catedral. Muchas veces inicio en ellas el Camino. |
Lunes, 10 de Mayo. 1ªEtapa: LISBOA-ALHANDRA 33 K
Me apeo del bus en Parque de las Naciones, la anteúltima
parada, para fotografiar y recorrer en cuatro horas el largo camino hasta la
catedral, pasando por el deteriorado puerto y barrios de Santa Apolonia y el viejo Alfama hasta la Catedral, donde
cumplo el ritual que manda ver, rezar e iniciar aquí el camino. Además, en mi
caso, me obligo a las fotos. De nuevo al Parque de las Naciones, pero ahora en
bus cuando ya es casi mediodía también en Lisboa, con horario de Canarias.
El viejo trolebús lleva muchas décadas pasando junto a la Catedral |
Y desde 1998 hay una Lisboa supermoderna |
En Alhandra cohabitan el Tejo, dos fábricas de cemento y de soja y 8.000 habitantes |
Los mensajes diarios telefónicos van a constituir el cordón umbilical con mi familia. A través de ellos y de las fotos se completan mis diarios aconteceres vividos al pie de las trincheras. Aquí va el primero.
A D: “Alhandra 20 h.Duermo en cama pero ni ver peregrino ni a
Fátima, que va el Papa el 13. Todo por carretera, aburrido, feo y peligroso.
Buen tiempo. Igual voy a Fátima. Besos” (22,19h.)
De D: “Aquí buen tiempo. Maialen de Burgos a Arri dormida. Izadi
pregunta por aitite. Sagapó”.(Enviado 22,29 y recibido 7,46h del 12.05)
.
Alsa
52,30;café1;bus1,40;cena 1,35= 56,05€
Martes, 11 de Mayo. 2ªEtapa: ALHANDRA-SANTAREM 46 K.
De 8 a 20,30 h.e. En Vila Franca me alcanza el peregrino
polaco Andres Rojek, soltero de 53 años
de Cracovia y con empresa familiar de decoración, que viene en seis días de
Faro y con muchos viajes por el mundo en su mochila. Cuando camino con él en
Vala Carregado un avión grande y blanco marca intermitentes como para aterrizar
escoltado por cuatro aviones de guerra. Mi sorpresa inicial es que se trata de
una operación rara ordenándole una parada inmediata. Y al volverme para
explicarle a mi compañero el extraño hecho, el “Bento Bento” con su dedo índice
así como el de los conductores de la estrada apuntando al cielo me indican la
llegada del Papa Benedicto XVI a Lisboa. Son las 11 horas en Portugal y le
espera hoy y mañana un intenso trabajo en Lisboa y Fátima.
Se me hace corto el tramo hasta Azambuja, al que llevo rápido
a mi compañero casual. No me deja pagar un menú de 17 € para ambos con dos
botellas de un exquisito vino blanco verde. Las fotos corren por mi cuenta, que
se las enviaré por e-mail. Siento perderle de compañía, porque se queda a
dormir aquí. Su programación y sus aún 93 kgs., y eso que ya ha perdido siete
estos días, no le permiten hacer mis kilometradas. ¡Caminaré los siguientes 385
kms. y ocho jornadas sin compañía alguna, lo que resulta muy doloroso para el
alma de este peregrino!
Maestros en el colorido de la cerámica, estas maravillas las mantienen a veces en lugares hoy sin importancia |
Toyota invadió Portugal hace más cuarenta años con estos prácticos vehículos, que aún trabajan |
Reguengo, Velada, Porto Muge y Cartaxo me llevan de nuevo por
atroz estrada hasta Santarem, con la necesaria ayuda final de un coche en 8
kms. para evitar llegar de noche, que se me hace buscando los Bomberos. Tomo un
descanso en un puesto de agua gratuita para los peregrinos a Fátima, donde
charlo un rato con el único que veré que viene desde Lisboa. La capital de
provincia de la moderna Fátima es un tesoro monumental y arquitectónico, con
numerosos vestigios religiosos y civiles de una Edad Media muy próspera. Una
desinteresada y amable ayuda me lleva al lejano edificio muy nuevo y moderno de
los Bombeiros Voluntarios, donde me sorprende tener que dormir en el suelo de
madera del gran salón de actos cuando disponen de dos habitaciones con 18 camas
perfectamente nuevas y revestidas. Es más de medianoche cuando dos nuevos
inquilinos llegan al amplio habitáculo. Por su comportamiento y aspecto en la
mañana siguiente me parecen más indigentes que peregrinos.
Santarem: también se agradece dormir sobre la madera del suelo |
De N (21,58/7,47 del 12): “La nena no hace más que llamarte
todo el rato. El domingo a la tarde fuimos a vuestra casa y fue directa al
cuarto de Zigor diciendo aitite! Se acaba de dormir. Besos”.
Café 0,95 €.
Miércoles, 12 de Mayo. 3ª Etapa. SANTAREM-FATIMA 50 K.
De 6,30 a 21,30 h. La soledad y el asfalto, la ausencia de
cultura peregrina y de un paisaje más atractivo
minan mi habitual fortaleza mental planteándome serias dudas en seguir
hasta Porto por el peligro añadido del tráfico. El acontecimiento papal me
anima a desviarme a Fátima para participar en su histórica visita y ver los avances
del lugar desde 1975. Con ello me salgo de la ruta de Confalonieri, la del
primer peregrino que en 1594 hizo y escribió su ruta y avatares. Después ya
veremos. En principio me alegra un poco la carretera y el paisaje, menos pesada
y más rural que la anterior. Luego la distancia parece que crece cuanto más
avanzo. Por cierto que en Portugal no saben de distancias, por lo que la
información, tanto la escrita en rótulos como la verbal, es muy mala o nula. La
ruta inadecuada por Alcanede me permite comer bien pero alargar la etapa y
meterme en otra carretera bacheada, sin arcén y muy peligrosa, que de nuevo un
providencial viajante comercial me sitúa en el lugar correcto.
La llegada a Fátima me proporciona novedades. Adelanto y
camino con peregrinos que vuelan a ver al Papa. La lluvia amaga seguido y ataca
a ratos. El camino se mete a tramos en el bosque y el suelo y olor a lo rural
lo hace atractivo. Un masaje y charla de dos horas con los chicos de la ONG
Paramédicos de Catástrofe Internacional, instalada provisionalmente en la ruta,
me reconforta pero me rompe los tiempos. A las 17 h. me ha adelantado el
helicóptero papal escoltado por otro igual. Claro que en los momentos de apuro
siempre surge el ángel de la guarda que me lleva los últimos kilómetros en
“carro” para librarme de la lluvia y la noche. Con todo, las distancias
anotadas siempre se corresponden con fidelidad a lo andado por mis piernas.
La foto de Fátima, que esta noche pasará de 5.000 a 100.000 "durmientes" |
A las 21,30 llueve en el moderno
pueblo que hoy está en el punto de mira del orbe católico. Miles de creyentes y
curiosos avanzan con paraguas, velas y sillas al solemne rosario y paseo papal
en la gran explanada de la basílica. Yo parezco el único peregrino a pie con mi
casa a la espalda. Después participo un rato del principio de la misa de Bento
XVI con cientos de obispos y sacerdotes.
Estoy cansado y no sé dónde ni cómo
voy a dormir. Voy a terminar la jornada con una bonita anécdota. El policía de
la puerta de la basílica me indica las cercanas tiendas del ejército. Como no
encuentro a nadie a quien preguntar me acomodo en la primera plaza libre que
veo. Escucho solitario desde mi humilde suelo el Ave Maria de Shubert cantado
en directo por un coro femenino, tramos de la misa y discurso papal y el
murmullo y griterío del regreso. Llegan cuatro mujeres maduras portuguesas, con
quienes hablo un poco. Más tarde dos. Y cuando empiezo a conciliar un leve
sueño, un soldado cimarrón me toca y pide el vale.
Suerte que sabe español y ha
hecho dos caminos de Santiago. Me comprende y hasta más tarde me traerá una
manta para que me abrigue más. Le exageré un poco lo del cansancio, el frío y
la mojadura. Llegan más mujeres maduras y serán hasta doce en tienda de veinte,
instaladas en las esquinas, quizás conscientemente para respetarme en el centro
del harén. ¡Nunca había dormido con doce mujeres! La lluvia aporrea con estruendo el techo y se para el
generador y se va la luz. Un temblor recorre mi cuerpo en duermevela al imaginar
un peligroso diluvio y recuerdo el de Lugano en la frágil tienda allá por 1982..
Sólo un detalle en la sacristía improvisada |
Un "hotel" diferente para dormir esta noche diferente |
A D : “Santarem, duermo en el suelo. Ayer Bento XVI me saludó desde el avión. Voy a Fátima, que me espera mañana. Sólo he visto dos peregrinos ayer” (10,07).
De D: “Dos días lloviendo y frío.
Todo normal. Besos” (21,37/13,16 del 13-05).
Desayuno 2,50; comida 10,15= 12,65 €.
Jueves, 13 de Mayo. 4ª Etapa: FATIMA-POMBAL 35K.
Festividad de la Virgen de Fátima.
Los dos kilos de naranjas de Peñíscola aún me han solucionado la cena de ayer y el desayuno de hoy. De 7 a 12,30
vivo el acontecimiento papal, que reúne a 300.000 seguidores. Cientos de
tiendas se salpican y amontonan entre vehículos, caravanas y jardines. En la
plaza muchos grupos de jóvenes recogen sus utensilios de haber pasado la noche
o aún duermen en sus sacos.
Desde el amanecer que la visito va progresivamente
llenándose hasta el mediodía, que se hace imposible andar por ella y su
entorno. Entretanto, un amplio paseo, cámara en ristre, para contemplar la
dimensión del lugar y de la fiesta. Al dejar cargando la batería en la moderna
Basílica de la Trinidad, inaugurada por este mismo pontífice el 4.10.2005, me
la cierran a las 12h. Consigo recuperarla con el inspector interior, probable
policía secreta limpiando el templo de olvidos y objetos sospechosos, que me
muestra su cámara igual. Hoy aquí parecen concentrados todos los cuerpos
uniformados del estado portugués con sus mejores galas y relucientes vehículos,
además de ONGs y vigilantes de paisanos. Pero la amabilidad y el orden reinan en las
quince horas de mi estancia en Fátima.
Los mayores parece que rezan en su silencio, los jóvenes
cantan en grupo y agitan banderas y su alegría, un obispo sin séquito atraviesa
como perdido la plaza semiabarrotada y yo atiendo a la lipotimia del anciano al
que su familia ha acomodado sentado junto a la puerta metálica de una de las múltiples
capillas de la Trinidad que antes del mediodía ya quema. A media misa papal,
terminado mi reportaje fotográfico y visto todo lo posible y al Papa más por
vía pantalla televisiva que en el gigante escenario delante de la fachada de la
basílica principal, recojo mi mochila, me despido dándonos la mano del policía
gordito que sigue custodiando la puerta grande de la basílica, y enfilo la salida de la ciudad hacia el
oeste, objetivos Batalha y Leiria.
La religiosidad de los mayores se intuye desde la primera hora |
Un obispo sin séquito parece un "okupa" más en la plaza de la Basílica a primera hora |
Veo mejor la ceremonuia en la pantalla gigante |
Me retrato con el Papa anterior, aunque Bento pasará en coche rápido delante de mío |
Al caminar por la Vía Sacra, un recorrido en la carretera de
unos 14 kilómetros con un viacrucis de hacia los años sesenta, un séquito de motoristas y vehículos de alto
lujo me indica el regreso de algún “importante”. La comida con el camionero
Miguel, nacido el 8 de mayo de 1960, es entretenida, buena y tan abundante que
con ella me preparo un bocadillo para cenar. Me ofrece el lugar del copiloto en su camión de
reparto, en el que seguimos charlando hasta Batalha, donde retrato en marcha la
monumental catedral, y la entrada a Leiria. Me pide mi e-mail y nos
intercambiamos su plano de Portugal-España por mi paraguas conseguido ayer y
que ya me pesa y estorba. Me ha salvado en unos diez kilómetros y más de una
hora de la digestión y el calor, que siempre constituyen un mal y peligroso
rato por el doble esfuerzo de riego que tiene que ejercer el corazón.
Son las 17 h. cuando sello y salgo de Leiria, preciosa
población con castillo en lo alto del monte, tras recibir una camiseta de
regalo firmada por Cristiano Ronaldo en Banco Espiritu Santo. La batería
terminada no me permite llevar en mi cámara el paso por esta ciudad. Más
carretera y en hora punta, con la ayuda final de un joven empresario que me deja a las 20,30 en
Pombal, la ciudad del marqués benefactor de Lisboa, su lugar preferido del que me informa con
pasión. Los bombeiros esta vez me mandan a un viejo polideportivo municipal ya
en desuso, donde dormiré encima del hormigón y unos cartones y con la puerta
abierta por “seguridad” una relajada noche.
Pombal: Tercera noche en el duro suelo. Hoy hormigón y muy sólo |
A N: “Fátima: 15 horas con el show papal y lluvia. Voy a
dormir a Pombal, a 35/40 kilómetros. Sólo. Cero peregrinos a Santiago” (13,23).
A D: “Pombal 19 h. (30.000 habitantes) Duermo solo en el polideportivo.
Todo carretera. Difícil hasta Oporto, que no veré a nadie. Voy bien. Barato.
Buen tiempo. Besos” (22,46).
De D: “Frío y lluvia. Maialen todos los autobuses dice
aitite. El príncipe y Leti han andado diez kms. del camino. Ja, ja, ja. Besos”
(21,46/22,28)
Comida 8 €.
Viernes, 14 de Mayo. 5ª Etapa: POMBAL-COIMBRA 40 K.
De 7,40 a 19,30. Aunque continúan la soledad y el asfalto voy
expulsando la idea del recorte en bus hasta Oporto. Hoy me cruzo
con unos 30 peregrinos a Fátima, departiendo brevemente con alguno de sus pequeños grupos.
Su camino es diferente: sin equipaje,
con coche de apoyo, volviendo a dormir a sus casas, recorren hasta 150
kms. en jornadas seguidas o salteadas. Estos y los de mañana no son los peregrinos
del Papa ni los del día de la fiesta. Probablemente son los que trabajan y
acomodan su “promesa” a los fines de semana. Me dicen que la carretera se ha
llevado este año a dos al viaje sin retorno. Y eso me provoca un gélido
escalofrío.
Pruebo el excelente bacalao asado en A casa de Julia en
Condeixa, con tertulia futbolera y variada con todos los camareros, a quienes
regalo la camiseta de Cristiano. Como todas las tardes la llegada a Coimbra
resulta muy peligrosa por la intensa y veloz circulación, además de viernes.
Dos horas de paseo por la extensa y verde ciudad bajo una tenue lluvia me
recuerda mi lejano viaje anterior, aquel del 1 de mayo de 1975 con el país
envuelto en manifestaciones y confusiones buscando la democracia, en el que tuvimos
que escapar para España con miedo por el cierre comercial total del día y con
Zigor de “polizón” de seis meses en el vientre ya muy abultado de su madre. Es
tan extensa la ciudad, un jesuita me la
comparará con su Caracas en pequeño, que me pierdo en el regreso a mi “hotel”
de hoy y me llevan en coche.
Me sorprende esta señal de tráfico |
En el cuartel de Sapadores que duerrmo, sólo veo a "compañeros" como esta joya |
A Z: “Pombal. Sigo solo total. Así hasta Oporto. Lo peor todo
carretera. Buen tiempo” (7,55).
De Z: “Animo y cuidado con el Papa que anda siguiéndote. Aquí
muy mal tiempo. Las patatas no se pueden sallar. Buen camino”. (16,46/6,48 del
15-05)
De D: “Sigue lloviendo. Toda la tarde en casa. Besito”
(21,27/6,51 del 15.05)
Desayuno 2,95, comida 8,50, cena 0,80 = 12,25 €.
Sábado, 15 de mayo. 6ª Etapa. COIMBRA- AGUEDA 57 K.
De 7,40 a 20,30 h. La más larga
de este camino. Los 150.000 habitantes de Coimbra han celebrado esta noche la
fiesta final de los estudiantes, en la que los 40.000 de aquí más otros 30.000
foráneos han ingerido mares de cerveza y
truenos de decibelios. En dos horas atravieso la ciudad, cruzándome con los
40.000 borrach@s que terminan la noche sodomita sin causar problemas según la policía.
Los estudiantes regresan de su noche de fiesta |
En la comida, otra anécdota con
suerte que meto en la mochila de mis buenos recuerdos de este camino. Antes de
Anadia, al abandonar un distinguido restaurante sin menú del día y por
considerar sus precios y categoría prohibitivos para este humilde caminante, la
encargada Maria Joao me llama e invita a comer arroz con ternera con parte de
sus trabajadores. La charla y el ambiente es excelente y al final me regala un
polo verde con el anagrama de su “Nova casa dos leitoês”, que luciré este
verano como agradecimiento a Portugal.
Con su e-mail me obligo a enviarles algo más que noticias. Después a la
carretera de nuevo y a la caminata sacrificada y rítmica, hoy liberada de
camiones y trabajadores en ruta laboral.
Caminar descalzo sobre el asfalto airea y fortalece mis pies |
También se disfruta de árboles como éste |
Una tardía ducha fría sólo de
piernas, la imposibilidad de escribir por
carencia de luz y los tres compañeros del
obscuro habitáculo marcan la
diferencia con anteriores noches. La cena inexistente y la medianoche para
cerrar los ojos se repiten de nuevo. Según la guía de la ruta de Confalonieri
llevo 261 y me quedan 373 kilómetros hasta la tumba del apóstol.
De N: “Ayer tuve entrevista. Nos
presentamos tres. Me dio buena sensación. La semana que viene nos llamarán. Izadi
tan trasto como siempre quiere desayunar otra vez” (9,50/8,10 del 16.05).
A D-Z-N. “Coimbra muy extensa.
Dormir sólo en gran cuartel de bomberos extraña. Quiero llegar en cuatro días a
Porto y cinco más a Santiago. Buen tiempo para andar. (7,03)
Desayuno 1,50 €.
Domingo, 16 de Mayo. 7ª Etapa: AGUEDA – OLIVERIRA DE AZEMEIS 43 K.
De 7,40 a 21,15 h. Todo por carretera, una vez más. Anécdotas
con las cuatro “kikas” que se buscan la vida en el descampado, y que la última,
joven de unos 22 añitos y occidental, me
pide cien euros por una hora. Sólo unos metros más adelante, pues al
girarme 45 grados aún la veo esperando a
la presa, una joven esposa y madre me saluda efusivamente desde el volante. Ha
peregrinado a Santiago y mi paso la emociona. Me da cariñosa conversación y
preguntas, fruta y agua mientras el marido y la hija esperan sumisos dentro del
pequeño automóvil. Comida sencilla en Albergaria la Vieja junto al cura del
pueblo y su madre. Luego paso por la Nueva, donde una moderna iglesia de hace
cincuenta años me permite un rápido rezo, varias fotografías y la charla con un
anciano inválido cuidado por su sacrificada esposa.
Cerca de Agueda. Asalariados y el patrón. |
Me sorprende un vetusto edificio que soporta los letreros de
Oliveira y Porto que yo busco y los de Agueda y Coimbra que ya he dejado atrás.
En Portugal esta información ahora es mínima. Y decirte los kilómetros, que al
caminante tanto benefician, es casi milagroso. El bar de dentro, que se
mantiene igual que hace 98 años, parece
un museo. Sólo una moderna báscula desentona. Es la que al decirme que llevo a
la espalda 9,830 kilogramos, me deja tema para pensar durante largo rato en
cómo desprenderme de al menos dos kilos.
Dentro un bar de 98 años... y como entonces |
Oliveira de Azemêis es otra extensa y verde ciudad en lo
alto, que por su tamaño y servicios parece capital de provincia. Ceno y duermo
con una madura pareja de peregrinos inglés y polaca, que vienen muy despacio de
Lisboa, de nuevo en el salón de actos del Cuartel de los Bomberos.
Los comerciantes de calle me invitan a un café de su puchero |
A N: “Agueda. Llevo 255 y me quedan 375 k.(10 días). Me duele
el pie. Sigo sólo. Sol y frío. Imposible envío de foto. Besos a todos. Suerte!
(8,53).
A D. “Albergaria: como junto al cura con su madre. Por fin
adelanto a tres peregrinos y cuatro kikas en su negocio. Dormiré en Oliveira.
Hace el mejor día. Besazos” (14,31).
Desayuno 1,40, comida 6 = 7,40 €.
Lunes, 17 de Mayo. 8ª Etapa: OLIVEIRA – PORTO 40 K.
De 7,50 a 22,15 h. En San Joao de Madeira envío dos kilos de
ropa a casa para rebajar a cerca de ocho el peso de mi macuto en su máxima
carga en el exagerado calor de los días
que me esperan. Tres ampollas y rozaduras me obligan a calzar un esperpéntico apaño.
En un garaje reparador de pinchazos de camiones y ruedas me autoarreglo el gran
agujero de la sandalia eliminando las cinchas del talón. La calurosa y sufrida
tarde me mantiene el aliciente de
superar el ecuador sicológico de este camino.
En la cercanía de Porto, un colegio enorme y la hora punta me
condenan el arcén y hacen suicida mi avance. Los autobuses se multiplican y uno
de ellos me lleva hasta el centro. Ese ahorro de dos horas me las tomo para el
pausado recorrido por la ciudad portuaria del Duero, de 19,30 a 22,15, en las
que por catedral, parte vieja y río
abajo voy retratando en mi cámara y en mi mente la miseria actual del otrora
imperio colonial luso. La Pousada de Juventude está en la Rua Paulo de Gama
551, cerca de la salida al mar, lugar privilegiado para avistar el cordón que
une a la ciudad y medio país con los océanos.
En S.Joao de Madeira quito peso de mi mochila |
La Catedral de Porto |
Aquí se despide el Duero de la Península Ibérica |
Se me ha hecho tarde y no puedo ver el ambiente del gran y bien preparado edificio. La red portuguesa de pousadas estatales, no muy amplia a la vista de mi recorrido, da una opción digna y económica para el viajero economizador. Dormimos en habitación de cuatro camas dos peregrinos, -alemán, veterano y dormido ya mi compañero- y un muchacho joven, que tumbado y enfrascado en la lectura ignora mi llegada y estancia. A los peregrinos nos hacen un 10% de descuento y a todos nos incluyen el desayuno, al que por el tardío horario tengo que renunciar. Mis cálculos kilométricos, con 344 ya pateados y 240 pendientes, me dan un subidón moral porque ya me veo en la cuesta abajo fácil… y hasta veo posible el faro de Fisterra.
Pero Porto también es esto a las 7 de la tarde. Hay mucha pobreza a la vista |
A Z: “Vuelo cojo a Oporto, 45 k. Viene segundo día de calor.
Llevo 10 kilos en la mochila, tengo que enviar dos a casa. Envíame SM si puedes
y no es muy caro. A mi 13 cms. Suerte!” (8,28).
A D: “Estoy en Vilarihno viendo el mar. A dormir a Oporto.
Voy mejor que lo previsto. Viene el tercer día de mucho calor. Sagapó” (8,47).
Desayuno 1,50; comida 5; correo 10,55; bus Porto 1,75 = 18,80 €.
Martes, 18 de Mayo. 9ª Etapa: PORTO – SAN PEDRO DE RATES 45 K.
Un artista me enseña en su jardín la joya románica de S. Pedro de Rates |
De 8,30 a 21,30 h. En 27 días he visto a pie las tres
desembocaduras de los tres grandes ríos de la Península Ibérica: Ebro, Tajo y
Duero. ¡Y dentro de tres jornadas veré la del Miño desde el puente
internacional de Valença-Tui!
A partir de Vilarinho empieza el camino bonito, ya fuera del
asfalto, con unos puentes medievales que me apasionan, las flechas amarillas que nos “saludan” y
la posibilidad más real de ver peregrinos. Impresionante la belleza y el
románico de San Pedro de Rates, cuya entrada a su albergue se me imagina por
unos segundos como la del cielo. ¡Hay doce peregrinos! Cena y sobremesa con
varios de ellos, entre los que está el dormido de Oporto. Encantadores la
pareja de portugueses, que valen para hospitaleros, junto a los que duermo una
noche feliz. ¡Esto ya es el camino como en Galicia! Una rubia alemana,
solitaria y sesentona de buen parecer, me invita en la cocina, ya en nuestra
tardía soledad y pasada la medianoche, a compartir la última botella de caldo
blanco portugués. El escaso entendimiento idiomático, el calor del vino y el
desahogo de sus penas, me aconsejan dejarla pronto para que las imprima en su
grande y destartalado cuaderno.
Esto es la calle, venta puerta a puerta |
En el albergue de San Pedro a las 21,30 h. se me abre el cielo de la compañía peregrina |
A N. “Porto es enorme. Llevo dos ampollas, más una rozadura,
más 7,8 kilos en la mochila, más 300 fotos, más 45 kms. de media al día, más
cinco peregrinos a pie, más uno en bicicleta desde Lisboa. En cinco días
Santiago si todo va bien. Calor.” (20,07)
De D. “Mucho calor. Mañana a Ozeka con Julia y la tarde a
cuidar a Maialen. Izadi coge tus zapatillas y dice aitite.
Sagapó.”(22,24/22,24).
Desayuno 3,20; comida 5; bus 1,45 = 9,65 €.
Miércoles, 19 de Mayo. 10ª Etapa: SAN PEDRO DE RATES – PONTE DE LIMA 45 K.
De 7,30 a 21,30. Calor, con más de 30º aparentes. Caminando
me hacen una larga entrevista para Turismo de Portugal, y por despiste mío nos desviamos
del camino y vamos por el más largo y feo. Visita relajada a un Barcelos, que muestra
orgulloso su gallo símbolo del estado lusitano y donde almuerzo el menú del día más suficiente,
elegante y barato de esta quincena y de muchos tiempos por 4,60 €, vino verde
fresco y excelente café incluidos.
El gallo de Barcelos es el signo de Portugal. Aquí está omnipresente |
En la sofocante tarde, un baño desnudo en la playa concurrida de jóvenes
del puente románico medieval de Taboada a las 16,40 h. me relaja y alivia
primero pero después me pasará una dolorosa factura. Somos once los que
dormimos en el albergue municipal de Ponte de Lima en la noche más calurosa,
viendo desde la terraza la ciudad dormida e iluminada y desde mi cama el
firmamento estrellado. Trabajo en internet hasta más de la medianoche y repaso
y atiendo mi agenda telefónica.
El puente sobre el Lima da el nombre a Ponte de Lima |
A D. “San Pedro de Rates, románico, bello, ayer llegué 21,30
h. Albergue bueno con 13 peregrinos, cena y buen ambiente. Hoy todo fuera de
carretera y marcado. Voy a Ponte de Lima, 44 k. como ayer. Sol y calor”.
(8,04).
De Z. “Estoy en el refugio Nelner a 3207 metros. Llueve y
nieva a intervalos. Mañana intento la cima del Toubkal de 4167 metros”.
(16,52/23,54).
De D. “Ozeka todo bien. Viernes y sábado a Madrid con Julita
a la feria inmobiliaria. Ha llegado tu ropa. Toda la tarde con Maialen. Un
besote andía.” (20,49/23,57).
A Z. “Ponte de Lima llego a las 21,30 h. Día de más de 30º de
calor con ducha en otro albergue y baño en río a las 19 h. Veo puente medieval
y ciudad desde la cama en el albergue.” (00,05).
éesayuno 1,50; comida 4,60; albergue 3 = 9,10 €.
Jueves, 20 de Mayo. 11ª Etapa: PONTE DE LIMA –VALENÇA 40 K.
De 7,30 a 21,45 h. Atravesar y regresar los más de 300 metros
del inmenso puente medieval sobre el río Lima sin poder desayunar en la ciudad
ya me produce el primer contratiempo de la mañana. Me han adelantado hasta los
peregrinos más principiantes, los cinco portugueses de esta zona que han
iniciado aquí su primer camino. Cada paso para alcanzarlos así como su cómoda
marcha es una puñalada en la planta de mi pie derecho. Entre ellos una pareja
de recién casados el día 16, Tiago y Marlene de 28 y 26 añitos, hacen su luna
de miel a pie a Santiago.
Aquí me hacen la cura de emergencia que me salva el Camino |
A las 9,30 encontrar un bar abierto en un paradisíaco lugar
junto al río me va a resultar providencial. Además de un café con leche elemental para sobrevivir, la
cura de emergencia que me hace la novia y enfermera, me devuelve la moral e
inicia el arreglo de mi maltratado pie. La ampolla principal de la delantera de
la planta derecha, además de haberle cortado la piel a lo bestia y estar
curándomela mal con betadine muy caducado, por lo que el efecto de su yodo ha
sido nulo, ayer la bañé largamente dos
veces en el curso del insoportable día. La consecuencia, ablandar la piel y
llenarla de arena. La penitencia, caminar muchos kilómetros sufriendo lo
indecible. Un error de principiante, que hasta los cinco primerizos lusos me
recriminan como elemental en las grandes caminatas para los pies: no mojarlos
hasta el final de la jornada. Doce caminos anteriores y cientos de horas en la
montaña no me habían enseñado la lección al no haber sufrido apenas las ampollas,
compañeras casi habituales de los peregrinos.
Y éste es el "novio", cruzándose con la pastora nativa |
Tras alcanzar de nuevo a los ya amigos portugueses,
Marlene-Tiago, Sandra Maria-Paolo y Faruk, aguanto bien y muy entretenido su
ritmo hasta el mediodía, que al iniciar una dura subida por escarpado monte les
despido para acelerar mi ritmo e intentar terminar mi etapa “normal”. Otro
albergue me permite un descanso de más de una hora antes del almuerzo. Pero ya
no cometo el error de ducharme por si acaso. El calor machaca, en Valença me
dirán que ha hecho 41º a las 3 de la tarde, pero sólo refresco las manos y
cabeza con alguna frecuencia.
Con Zoppas-Agnelli caminaré y charlaré mucho hasta después de Porriño. Son dos famosos italianos, que llevan años en el escaparate mundial de la fama... y seguirán. |
En la comida me reconocen y fotografían la pareja de
italianos que me vieron en la cura de emergencia del bar del río. Volveremos a
vernos. Aguanto la tarde en solitario, con llegada al anochecer dificultada por
la deficiente señalización final del albergue de San Teotonio. Un grupo de 14
portugueses, que en principio me parece más folklórico que peregrino y
religioso, me recibe con rostros sorprendidos como si vieran a un fantasma.
¿Tan deteriorado llego? El calor, la
dura montaña, las ya tres ampollas y los adoquines a lo mejor se retratan en mi
rostro y en mi cojera. Dormimos unos 25, según el simpático hospitalero negro
que al marcharse a media tarde tiene sin controlar a los caminantes.
A Valença llego fundido. Este Camino va aser de los más duros |
A D. “Voy a Valença (40 k.). Mucho calor. He caminado muchos
kilómetros con piedras dentro de gran ampolla en la planta del pie, que
peregrina enfermera portuguesa acaba de curar. Ayer envié email a Nerea y a
Oscar”. (10,50).
Desayuno 0,80; comida 6,50 = 7,30 €.
Viernes, 21 de Mayo. 12ª Etapa: VALENÇA – REDONDELA 35 K.
De 7,10 a 22,10 h. Cada etapa voy sufriendo más. El calor y
las ampollas mal curadas me matan. No sé para qué madrugo hoy tanto, porque mis
dos primeras horas son un suplicio. La poca alimentación me despierta diezmado,
las ampollas más estropeado, pero no
puedo pasar por esta ciudad fronteriza y medieval sin disfrutar visualmente y
fotografiar sus murallas y casco antiguo. Lo paso mal y es difícil disfrutar
así aunque te encuentres en el edén, y me tengo que tirar en la escalera de una
esquina a curarme los pies.
Y no encuentro lugar para desayunar. Y tampoco la salida de las murallas hacia España. Y me lío y me cabreo. Es el hambre y el dolor. Y veo a los 14 portugueses cantando y religioseando junto a una de las iglesias. ¡No tengo fuerza para preguntar cuál es, pero la retrato! Al obispo San Teotimo, centrado en la plaza vieja del recinto amurallado, también le he metido en la Olympus digital de ocho megapixels y un jiga en tarjeta que Zigor me ha dejado para mi nuevo reto compostelano.
En Valença, la impresionante ciudad medieval fronteriza, me tengo que autocurar casi tirado |
Y no encuentro lugar para desayunar. Y tampoco la salida de las murallas hacia España. Y me lío y me cabreo. Es el hambre y el dolor. Y veo a los 14 portugueses cantando y religioseando junto a una de las iglesias. ¡No tengo fuerza para preguntar cuál es, pero la retrato! Al obispo San Teotimo, centrado en la plaza vieja del recinto amurallado, también le he metido en la Olympus digital de ocho megapixels y un jiga en tarjeta que Zigor me ha dejado para mi nuevo reto compostelano.
El Miño y Tui. En pocas semanas atravieso a pie el cuarto gran río de la Ibérica |
Son ya las 9 cuando las enjoyadas y probables propietarias y
maduras camareras de una elegante y amplia cafetería y pastelería me devuelven
un poco de fuerza con un respetable desayuno. También me informan, no sé si
hacen bien, de los 41º grados de ayer “cuando iban a la playa”. En el puente
internacional me alcanzan de nuevo, y nos volvemos a retratar recíprocamente,
los italianos Mateo y su compañera, guapos ambos y en la mejor edad de la vida,
los mismos 36 y 26 de los anteriores novios y casi mis salvadores. Caminaremos
juntos de nuevo. No son lo que en principio mi imaginación, la belleza femenina, las 300
fotos diarias, el mini ordenador portátil y los 14 kilos en la espalda del
guaperas parecen hacer pensar. Me aguantan el ritmo desde el bar en que me han
curado, caminan compenetrados en la dureza del calor y del asfalto del polígono
del granítico Porriño, me hacen de liebres tirando, les relevo y charlamos. Muy
agradables, charlamos mucho y en serio… Campeón de Italia de moto 2009 en la
categoría Enduro y propietario de una fábrica de agua en Venecia. Campeona
internacional de salto de caballo, con reconocimiento olímpico. ¡Así es el
Camino y sus personajes “anónimos”! Nos intercambiamos los e-mails para las
fotos y demás. Le encargo que me localice a Umberto, el guía alpino de
Florencia que hace un año me acompañó con sus 38 caminos encima en mi última etapa a Santiago.
En Porriño la montaña desaparece por la "fiebre" del granito. El peregrino inhala polvo y sufre |
El mal recuerdo del golpe de calor en Porriño del 26.05.09,
una de mis peores etapas en los nueve años peregrinos, cuando hoy no hace
menos, me exige prudencia. Pero no me priva del vinillo fresco con gaseosa en
el almuerzo, tan rico y agradable como el del pasado año. Descanso dos horas en
el albergue de Pazo de Mos, con ducha incluida intentando no mojar el pie más
herido. Dejo acomodada a la pareja madrileña y a los siete religiosos tejanos
con quienes he caminado a ratos. Después sólo me adelantan dos mocetones
gallegos, cuando tirado en el suelo junto a un indicador kilométrico descanso e
intento la mejor foto con el móvil para enviársela a Nerea.
Redondela: un buen albergue y una mala noche |
La llegada, muy cansado y dolorido a las 22,10 h., al
céntrico albergue de Redondela con puertas ya cerradas y los dos gallegos
tirados fuera como yo, me agudiza el ingenio y experiencias peregrinas. No me
rindo como ellos y circunvalo el edificio buscando puertas, luces, ventanas abiertas
y aporreo puertas y cristales con una moneda a la vista de las luces internas.
Da resultado y una pareja de jóvenes portugueses nos abre entre asustados y
temerosos por las órdenes recibidas de “no abrir a nadie”. Les tranquilizo prometiéndoles
que “la puerta se ha abierto sola a nuestro empuje”. Los dos mocetones también
están sorprendidos conmigo y me piden consejo para cómo hay que actuar. Los
folklóricos lusos de Valença, mayoría entre los 23 durmientes, me dan una de
cal y otra de arena, que mañana no dejaré de comentárselo. Una buena cura de
emergencia en ambos pies, incluida otra ampolla que asoma hoy, por parte de una
veterana enfermera, mientras aguanto bien el dolor tirado en el suelo entre
cama y cama es la positiva. Una noche toledana de risas y charla desde las 4,30
por parte de las mujeres para salir a las 6,15, es casi el mayor daño que se
puede hacer en el Camino.
A D-Z-N. “Valença (P): Tres ampollas y el calor, ayer 41º, me
matan. Ahora entro en España. Sufriré mucho para llegar en tres días a
Santiago. Besos a todos.” (8,55)
De N. “Aita, no me han cogido en el trabajo nuevo, otra vez
será. Mañana vamos a un camping de Isla. Han dado muy bueno. Hoy a Amurrio a
cuidar a las fieras. Besos”. (9,15/9,15).
De Z. “Yo después de hacer cumbre en el Toubkal 4167 m. y
bajar en un día desde cumbre a 1700 m., ahora he llegado al sur a Quarzazate.
Un beso.” (17,48/17,48).
A Z. “Zorionak. ¡Eres un campeón! Voy a dormir a Redondela.
Hoy sólo 35 k., pero con boquete en el pie y más de 40º de calor. Sigo casi sólo.”
(19,30).
A N. “A Redondela a dormir, 35 k., con boquete en el pie y más de 40º. ¡Animo y Aurrera Beti!
(19,37).
Desayuno 3,30; comida 7 = 10,30 €.
Sábado, 22 de Mayo. 13ª Etapa: REDONDELA - PONTEVEDRA - BRIALLOS 35 K.
Anoche tuve intención de acompañar a las 6 h.de hoy a los
portugueses, pero el gran dolor y su juerga no me han permitido ni siquiera descansar el
mínimo imprescindible. Lo intento hasta las 7,30. Hambriento y dolorido, me
arrastro más que camino hasta encontrar a la salida el avituallamiento para
sobrevivir, que me recupera un poco. Un comerciante de Pontevedra que ve mi
fatiga me ofrece su ayuda, que no puedo despreciar. Mientras quito 20 kms. de
sufrimiento y me enseña y sigo viendo la ciudad de los puentes, parezco menos
extenuado. Pero el termómetro del parque ya marca en sombra 30 grados a las
10,20 h. Es una mala noticia, porque a
mediodía pasará de 35 en mi caminar.
La Peregrina, patrona de Pontevedra |
El dolor por fin baja, quizás por la ayuda de una vieja
pastilla de Voltarem de mi botiquín, usada como último desesperado recurso. La
sombría, agradable y aguanera salida hacia Caldas mitiga mi sufrimiento y evita
la deshidratación. Hoy no comparto
camino para poder olvidar un poco mis penas físicas. Sólo dos encuentros con el coche de apoyo de los
portugueses, con pequeña charla, agradecimiento y bronca incluida que
transmitirá al equipo, y el temor de que vayan a dormir a Briallos, aunque yo
mismo se lo recomiendo y me propongo
llegar.
Hoy cualquier respaldo es bueno para un corto descanso |
Descanso tras la comida, un abundante cocido gallego, y
departo con la propietaria, su gruesa empleada y escasos clientes. Llego bien,
aunque sin sobrarme fuerzas, al solitario albergue de Briallos en el municipio de Portas, a las
20,30 h. Es el único día que realmente descanso y disfruto del atardecer.
Encuentro en el libro el apellido para seguir buscando por internet a Umberto,
que con la bandera italiana a modo de antena salió el pasado año de aquí
conmigo aún de noche. No llegan los temidos lusitanos que anuncio a la
hospitalera. Hoy dormiremos más relajados los nueve silenciosos y educados
europeos.
En Briallos me encontré y caminé en 2009 con Umberto Zafarelli en su 38º Camino |
De D. “Día muy intenso. Llegamos a Madrid a las 12 h. Feria
muy austera, luego turismo: Puerta del Sol, Calle Mayor, Mercado, Plaza Mayor,
Palacio Real, La Almudena y toda la zona de los Austrias, la Opera y el café,
todo precioso, con 34 grados. Llegamos a casa a las 12 de la noche agotadas”. (00,54/11,58).
A D. “Pontevedra. A las 10,20h a la sombra 30º. Muy agotado y
cojo, bebiendo mucha agua, que hay muchas fuentes. Quedan 60 kms. Zorionak por
vuestro viaje cultural y bien currado. Sagapó beti”. (12,39).
De D. “Hola, amor. Hoy ha tocado pintar techo de la cocina.
Besos”. (17,53/20,15).
Desayuno 3,60; comida
8; albergue 5 = 16,60 €.
Domingo, 23 de Mayo. 14ª Etapa: BRIALLOS/PORTAS – SANTIAGO 40 K.
De 6,10 a 19,30 h. Cada mañana es más doloroso y difícil el
inicio, hoy también sin alimento hasta las 8,45 al no haber nada abierto en
Caldas. Los sábados y domingos siempre se nos multiplican los problemas de alimentación.
La patrulla de ronda de la Guardia Civil me lleva cinco kilómetros hasta el
desayuno en Santa Mariña de Carracedo, cuando las fuerzas ya me tienen casi
abandonado. Me recupero física y mentalmente al coincidir con otros peregrinos
también hambrientos.
La fuente de Esclavitude. El agua es para mí lo único imprescindible en el Camino |
Un suave viento a ratos alivia el calor, que hoy quizás no
pase de 30º, cuando voy serpenteando parroquias y saludando a sus feligreses,
que puntuales acuden a la misa dominical. Me cuesta aguantar el ritmo en
distancia a dos chicas para llegar a Padrón, cuyo largo y concurrido mercadillo
me atasca. El sellado en el albergue y la comida, sigo en solitario, me
permiten un descanso de más de hora y media. Acorto las curvas del camino
marcado, que recuerdo precioso pero muy largo, hasta Esclavitude. Y echando un
trago y dos fotos a una niña bebiendo, sus padres me ofrecen su coche para
evitar el calor aún martirizante. Otras dos horas tumbado y charlando en una
piscina y chalet privado, así como después comiendo una manzana tras el último
puente de este camino con la familia que trae desde Vigo a su niña de once
meses, me llevan por fin al Obradoiro por la iglesia y el concurrido parque del Pilar.
La Compostela: esta vez he sufrido mucho par llegar gasta aquí. ¿Será por ser el trece? |
Llego a las 19,30 y no hay cola para sacar la Compostela.
Hago el número 48.608 de las entregadas este año y el pasado fueron 145.878,
según los datos que me facilitan en la Acogida al Peregrino. Hay que dejar la
mochila en la casa del deán a cambio de un euro, dicen que por seguridad para
este año santo jacobeo aunque huele un poco a negocio, antes de entrar por la
Puerta Santa a dar el abrazo al apóstol y rezar ante su tumba de plata. Le doy
las gracias por este tan sufrido y difícil decimotercer camino, para tantos
número supersticioso, y no me corto en despedirle con un “hasta el año que
viene”, ya convertido en mi próximo objetivo.
El botafumeiro en el escaparate, la tumba, el apóstol, la catedral y mis pies al acabar cierran las fotos |
Las fotos y el relajo en el Pórtico de la Gloria, Catedral y
Obradoiro disfrutando del gallego atardecer pasan demasiados minutos mi reloj
del tiempo y llego tarde a Renfe a sacar billete para mañana. Y más tarde a la
Plaza de Galicia para el bus a Monte de Gozo. ¡Y ya todo está cerrado! Mis
fuerzas están justas, pero mi mente aguantará bien la noche en el jardín más
ruidoso de Santiago. Sin apenas dormir, pero por con un suficiente descanso,
por el vocerío de los humanos y el rugido de los motores.
A D-Z. “Padrón 15 h. Voy sufriendo más que nunca por las
ampollas mal curadas y por el calor, 35/41 todos los días, desde Oporto. A las
20 h. llegaré a Santiago y mañana a las 20 h. en tren en Bilbao. ¡Besos
andias!” (15,10).
De D. “Hoy mucho calor. Estoy de limpieza para cuando llegues
dedicarme a ti. Sagapó” (11,23/14,56).
Desayuno 4,40; comida 8; cena 2,95, SAMI 2,5 = 17,85 € Renfe 26,95 €. TOTAL 215,25 € gastados, viajes incluidos, lo que supone 15,37 de media al día y 9,66 si descontamos los viajes. ¡Peregrinar en solitario, con humildad y sacrificio es barato económicamente!
RESUMEN DE MI 13º CAMINO: LISBOA-FATIMA-SANTIAGO
Lunes, 10 de Mayo: Lisboa-Alhandra, 33k. Tras noche sin
dormir y visitando Lisboa. 3,75 €.
Martes, 11: Santarem, 46. Camino con un polaco. Todo asfalto. Vemos avión papal. 0,95. Miércoles,12:Fátima, 50. Sigo sólo. Acontecimiento papal. Duermo con mujeres. Llueve. 12,65.
Jueves, 13: Pombal, 35. Duermo en viejo polideportivo. Estrada peligrosa. 8.
Viernes, 14: Coimbra, 40. Extensa ciudad. Noche fiesta estudiantes. Duermo bomberos. 12,25.
Sábado, 15: Agueda, 57. La más larga y sin duchar. Duermo con peregrinos. Un jesuita. 1,50.
Domingo, 16: Oliveira de Azemêis, 43. Sigue la vegetación. Cena c/peregrinos europeos. 7,40.
Lunes, 17: Porto, 40. Superadas dudas y ecuador. Llega el calor. 2 k/ropa a casa Pousada.18,80.
Martes, 18: San Pedro de Rates, 45. Románico y puentes. Primer albergue y peregrinos. 9,65.
Miércoles, 19: Ponte de Lima, 45. Sufrimiento máximo. Dormimos en buen albergue. 9,10.
Jueves, 20: Valença, 40. Acompañado y curado por enfermera. Calor (4lº) y adoquines. 7,30.
Viernes, 21: Redondela, 35. Llego tarde. Otra portuguesa me cura las cuatro ampollas. 10,30.
Sábado, 22: Briallos, 25. Ayuda hasta Pontevedra. Unica medicación. Sigo sufriendo. 16,60.
Domingo, 23: Santiago, 40. Total 574 con 41 k/media día. Duermo parque Plaza Galizia.17,85.
Martes, 11: Santarem, 46. Camino con un polaco. Todo asfalto. Vemos avión papal. 0,95. Miércoles,12:Fátima, 50. Sigo sólo. Acontecimiento papal. Duermo con mujeres. Llueve. 12,65.
Jueves, 13: Pombal, 35. Duermo en viejo polideportivo. Estrada peligrosa. 8.
Viernes, 14: Coimbra, 40. Extensa ciudad. Noche fiesta estudiantes. Duermo bomberos. 12,25.
Sábado, 15: Agueda, 57. La más larga y sin duchar. Duermo con peregrinos. Un jesuita. 1,50.
Domingo, 16: Oliveira de Azemêis, 43. Sigue la vegetación. Cena c/peregrinos europeos. 7,40.
Lunes, 17: Porto, 40. Superadas dudas y ecuador. Llega el calor. 2 k/ropa a casa Pousada.18,80.
Martes, 18: San Pedro de Rates, 45. Románico y puentes. Primer albergue y peregrinos. 9,65.
Miércoles, 19: Ponte de Lima, 45. Sufrimiento máximo. Dormimos en buen albergue. 9,10.
Jueves, 20: Valença, 40. Acompañado y curado por enfermera. Calor (4lº) y adoquines. 7,30.
Viernes, 21: Redondela, 35. Llego tarde. Otra portuguesa me cura las cuatro ampollas. 10,30.
Sábado, 22: Briallos, 25. Ayuda hasta Pontevedra. Unica medicación. Sigo sufriendo. 16,60.
Domingo, 23: Santiago, 40. Total 574 con 41 k/media día. Duermo parque Plaza Galizia.17,85.
Han sido 574 kilómetros en14 etapas y una media de 41 al día.
Y en la suma total de caminos llevo 8.701,2
y 43,5 de media.
Lunes, 24 de Mayo. El regreso en tren a casa.
A punto de la primera
claridad del amanecer abandono la mirada a las estrellas, rehago raudo mi casa
itinerante y sólo dejo en el jardín mi
primera orina mañanera, pero nadie notará minutos después que allí ha descansado
en el final de un sufrido camino un humilde peregrino. A las 6,42, mi primera
foto del día lo certifica, la estación Renfe empieza a despertar. Un desayuno
necesario, termino mi “diario de las trincheras” e invito a un café al orduñés
Alfonso Corral, ya convertido en mi único embajador vasco en Santiago desde que
el pasado año la monja María Jesús Goñi se me marchara a La Almudena de Madrid.
Conseguir el billete en Adif-Renfe me permite respirar
tranquilo. El e-mail a mi esposa, el buscar un buen bocata con agua y
postre para el almuerzo, el saludo a otros peregrinos y las fotos de despedida
a esta capital española mundial de los peregrinos vienen como relajo de
añadidura. Encuentro ya en el andén a un matrimonio de Arrigoriaga que ha hecho
Ponferrada-Santiago y después en el tren al amurriarra Muñoz, veterano en
montañas y caminos, que ha terminado en solitario en un mes el de la Plata
desde Sevilla.
De 9,20 a 20 h. sólo he dormitado una pequeña siesta de menos
de una hora. La charla distendida con los vascos, peregrinos y otros foráneos
ha entretenido el aún larguísimo y lento viaje que este convoy une cada día
Coruña y Vigo con Bilbao y Hendaya. Euskadi nos recibe con frío y lluvia, éste
vuelve a ser mi país, lo que unido a la espera de de mi amada me aconseja
desistir del Bilbao-Arri a pie con el que en algunas ocasiones he cerrado mi
caminata.
El calor, el humano que ahora más necesito, lo tengo en casa con la que me aguanta y anima a seguir en esta aventura particular mía y en la más importante que es la vida cotidiana. También los abrazos a mi hija y nieta casi humedecen mis ojos mientras mi sensible cerebro disfruta de intensos minutos de felicidad.
El calor, el humano que ahora más necesito, lo tengo en casa con la que me aguanta y anima a seguir en esta aventura particular mía y en la más importante que es la vida cotidiana. También los abrazos a mi hija y nieta casi humedecen mis ojos mientras mi sensible cerebro disfruta de intensos minutos de felicidad.
A D. “Santiago a las 19,30 de ayer. Por problemas posteriores no consigo billete Renfe hasta ahora. Llegaré a las 20 h. a Bilbo. Sagapó” (8,43).
De D. “ Tengo que recoger a Maialen. A las 8,10 h. estaré en
casa. Sagapó.” (15,30/21,54 del 25)
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