martes, 1 de octubre de 2019

43 - CAMINO DE LOS CATAROS


43 CAMINO DE LOS CATAROS – Del 26 al 30 de Junio de 2019

Un Camino muy diferente, después de 54 años haciendo los ‘bendecidos’ por la Iglesia de Roma. Casi lo llamaría el Anticamino. Mis cortas crónicas, casi diarias, han dejado constancia de mis vicisitudes en él. Otra novedad, es el primero del que vuelvo antes de terminarlo. Porque a veces, puede ser más dura y más prudente la retirada a tiempo.

Miércoles 23 de Junio
PEÑISCOLA-VINAROS-BARCELONA-BERGA-PAGERA. 33 Kms a pie

De 6 a 24 h. 33 kms. Distancia difícil de constatar, por varios extravíos que nos devuelven a mismos lugares. Caminamos dos horas de noche y con solo una luz frontal. La familia (esposa, hija y nieta de 8 años) me llevan en coche a las 6 h. de Peñiscola a la Estación Renfe de Vinaros.

Estación de Francia en Barcelona
Los Cátaros

En Vinaros 6,53 h (tren), inicio en solitario mi 43 Camino Diferente. El de Los Cátaros. (s XIII/XIV), que eran perseguidos por pronunciarse en contra de la corrupción, autoritaria y ostentosa de la Iglesias Católica y practicar el Cristianismo austero y sencillo, basado en la espiritualidad y la naturaleza. Desde Berga (Cat) a Monssegur (F), 203 kms., en sentido contrario al de su huida de la hoy Francia a la Catalunya hoy España.

Berga, desde su Santuario. Subida muy verticalizada por su máxima pendiente, a mediodía solar y con el termómetro en los 40º.
 Jueves, 27 de Junio
PAGERA – BAGA, 40 Kms.

A las 14,30 h. llegamos en bus de Alsa a Berga. Y digo llegamos, porque otro caminante mochilero, se apea y contactamos de inmediato. El joven catalán Edu (30), que tiene el mismo objetivo. Caminaremos dos etapas juntos. La temperatura, ola de calor ya anunciada, de 35/40º. La subida a partir de  Berga hasta el Santuario es casi una pared y el calor abrasador está en su momento más alto. La tarde nos va resultar una sumas de errores, con varios regresos al mismo lugar, se nos hace de noche y con su sola frontal atravesamos un descenso de bosques y y entramos en zona de antiguas minas. A las 23,30 h. ya decidimos parar a pernoctar en lo que parece ser las ruinas de la antigua iglesias del pueblo minero de Paguera

El canto de los pájaros y animales del bosque, ver saltar las estrellas desde mi postura de cubito supino y otros pensamientos de mi cerebro, no me introducen en el sueño las seis horas que aguanto tumbado y metido dentro del saco. El frío del rocío nocturno y mi mínima ropa al meterme en él, y no conseguir cerrar la cremallera, han sido mis errores importantes.

LA PAJARA DEL SUEÑO

Atravesar Pirineos por la montaña cota 2500 con sumas de cota ayer y hoy de 2000 m en desniveles. Y el calor. Cansancio rompepiernas en la nocturnidad, frío y saco inadecuado. Hoy, la aventura sigue desde las 6 h caminando. Lo de la pájara del sueño… hay lucha entre mi cerebro/mente y mi cuerpo/carne. Gana el primero, no puedo dormir.
Llegaré  al anochecer a Bagá, Me dicen en Gosol que haré en total casi 50 kms los últimos con ayuda de vehículo. Ya firmo poder sobrevivir tras 40, acompañado de mi primera pájara del sueño que recuerdo desde 1965.

Los parajes idilicos, ríos de aguas transparentes y saltarinas, han sido el premio inolvidable de este Camino de aventura.  La superación en las dificultades vuelve a reafirmarme en las capacidades incalculables que tenemos en nuestro cerebro si lo trabajamos bien y unido a nuestro cuerpo.


Viernes, 28 de Junio
ETAPA DE ‘DESCANSO’

Tras los épicos 40 k. de ayer, he dejado en Gosol al compañero Edu, con el que he caminado los dos primeros días. Descanso bien en la noche en el Hostal Batista de Bagá. Viene otra jornada de calor y alta montaña, 28 kms. a Bellver de Cerdanya será el ‘descanso’ para la durísima del sábado, que con otros 40 por la GR107 superaré la cota 2550 y pasaré cerca de Puigcerdá a Francia.


Sábado, 29 de Junio
LA ETAPA DE DESCANSO SE CONVIRTIO EN UN INFIERNO DE 15 HORAS, DEMASIADAS PERDIDO… DURMIENDO EN LA SELVA PIRENAICA

La  subida de Berga al Refugio Sant Jordi (1658) me pareció el trano más espectacular en su aspecto de selva natural, de este Camino, no exento de pasos complicados.

En solitario desde el Refugio Sant Jordi (1658). Calor abrasador y subidas y bajadas extremas en cota +2000. No debo entrar en detalles para no herir sensibilidades a urbanitas y consumidores. Yo estoy para ello…. y no cambio el riesgo de la alta montaña por la monotonía urbanita y playera, con otros riesgos.

Refugio Sant Jordi. A partir de aquí, a las 14 h. salgo solitario bajo un sol abrasador. Las cuatro horas previstas se convierten en 21, con la llegada a Montllano.
Desde el Refugio, el ascenso muy vertical hasta la cota 2000, donde se abrían caminos y las señales estaban movidas en su base, lo que no dirigía bien su destino. A partir de ahí, las cuatro máximas horas previstas, se convirtieron  en 21 y a otro pueblo habitado, noche incluida junto al río abrupto de montaña, que como orientación descendiente me vi obligado a tomar a las 20 h. Porque las aguas del río evitan al menos los extravíos en círculo y te llevan a muy probable población habitada.

En la naturaleza adversa y en la alta montaña, el comportamiento de los animales nos dan claras señales de orientación. Esta manada de caballos silvestres, que se acercan a chuparme mis sales, me dice que hay agua cerca... eso me da confianza a las 20 horas, cuando ya busco un lugar para vivaquear, consciente de mi extravío.
 
Del sábado 29 al domingo 30 de Junio
BAGA-MARTINET, 40 Kms.

Desde las 7 h., con sólo dos largas paradas (Refugio Sant Jordi, 2 h, y pernoctar en el río, de 21,30 a 6,30 h), han sido 17 horas andando, masticando solo hierba para no secar la garganta y mantener los jugos gástricos, y mucha agua. Aún sabiendo las consecuencias del exceso de ingesta de agua del rio, la diarrea ya esperada, era el menor de los males. Sus consecuencias, destrepando río abajo enormes rocas dejadas de cualquier posición, han agudizado mi ingenio para evacuar en las más comprometidas posturas. Dicho más claro, metí el pantalón corto en la mochila, liberándome de ropa de cintura a pies.
A partir de las 20 h, muy consciente de mi extravío y de lo muy dificultoso de la zona, me concentro en tres objetivos:
1.- No gastar en fotos ni comunicados la poca batería de mi móbil.
2.- Poner la máxima seguridad en los saltos y trepadas rio abajo para no herirme en ningún golpe o torcedura.
3.- Encontrar un mínimo espacio para dormir/vivaquear en mi saco, antes de que se haga de noche, dado lo extremadamente accidentado y desnivelado del terreno.
Lo encuentro a las 21,30. Duermo muy bien. Y al amanecer me hago autofotos en el lugar, dejando algo de batería y considerándome salvado al haber pasado lo más difícil. En cinco horas, el rio y algunas sendas muy dudosas y sin marcas, me equivocan de nuevo y opto por seguir un muy pequeño canal de agua, hecho a mano hace décadas, pero aún en uso, que me llevará hasta que mi vista me muestre en la lejanía el pueblo entre montañas de Montlano.

Mi noche del 29 de junio en la Selva Pirenaica.
De 11,30 a 12,30 h. el descanso y dos platos de pasta (macarrones) ponen mi estómago y fuerzas al día. El consciente exceso de agua con la diarrea ha limpiado totalmente mis interioridades estomacales y evacuatorias.
La ausencia de redes de comunicación no ha llevado mis noticias a casa desde las 14 h en el Refugio a 1568 msnv., según me lo dice el móbil. Consigo llamar y hablar con mi compañera, lo que me proporciona uno de los mejores alivios de las pasadas 22 horas.
El descenso a pie a Martinet vuelve a ser muy en picado, pero por senda marcada y viendo en todo momento el pueblo. Me dicen que la temperatura supera los 40º. Y las cuatro jornadas, sufro en las alturas casi la misma.
He apostado por el riesgo, lo he sufrido y superado. El calor, no siendo determinante, lo ha incrementado. En el Hostal de Bagá, quedó mi DNI. Pasar a Francia sin él, es otro riesgo añadido. Son dos razones más que suficientes para decidir terminar mi Camino en Martinet al mediodía de este sábado, que ya quedará inolvidable en mi memoria.
El regreso, en autostop y bus, me permite recuperar en Bagá el DNI y tener que dormir en Barcelona. Esas 14 horas en la gran urbe son impactantes tras la larga soledad del Camino en las alturas y bellezas de los Pirineos. El tren me devuelve de nuevo a comer en casa con mi familia. Una gran experiencia más.

Dos noches difíciles vivaqueando en la "selva" pirenaica y un regreso vehiculizado de casi 24 horas, me exigen un descanso en un hotel de Barcelona.

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