UNA NUEVA AVENTURA PEREGRINA/MONTAÑERA/ANDARINA, CON SITUACIONES Y PARAJES INEDITOS PARA MI Y DE RIESGO... SIN QUE LA EDAD ME LO PAREZCA.
Caminante (o Peregrino), no hay Camino, se hace Camino al andar". Es lo que me toca en la vigésima sexta aventura jacobea diferente por la Iberia ampliada, la antaño Hispania Romanorum. En la búsqueda de un nuevo reto, copio a mi manera algo que ya hacían mis predecesores hace siglos, salir desde su casa. Ya lo he hecho y contado desde mi residencia habitual. También desde donde nací, venta que aún conservo, restauro y frecuento. Y como ya llevo dos décadas vacacionando en Peñíscola, hoy le toca a esta mediterránea "ciudad en el mar" ser mi nuevo punto de partida.
Peñiscola parece tirada en el mar. |
No
he encontrado documentación jacobea que me sirva para este recorrido. Y
eso que ahora todos los pueblos del Estado Español quieren intentar
demostrar que por el suyo pasaba el Camino. ¡El negocio es el negocio!
La cultura es otra cosa. Son solo 127 kilómetros, en una hipotética
línea recta y aérea. Pero aún no sé volar ni soy pájaro, por mucho que
me llame BAT, que en inglés significa murciélago, y que en parte
así me autobauticé porque iba a "volar" mucho durante la noche (como
así lo vengo haciendo ya que las horas de luz no me dan para tan largas
caminatas). El caso es que por la carretera más corta hay 222
kilómetros. (dice internet).
El ser humano, que ha caminado muchos, muchísimos siglos a pie, desde hace sólo unas décadas lo ha abandonado por la máquina. ¡El hombre que se llama "del primer mundo"! Y claro, le han llegado otros, demasiados problemas. Y a mí al menos me ha trasladado el del abandono de los caminos, cañadas y veredas. ¿Por donde voy a Teruel? Sí que hay dos GRs (la 7 y la 8), con varias PRs), pero no me cuadran bien. Lo seguro es que tengo que atravesar el Maestrazgo, esa maravilla que aglutina a 46 pueblos de ahora tres provincias. Y la Sierra que ya estudié en mis Humanidades como Montes de Teruel. Por cierto, con un montón de Sierras más pequeñas.
Cantavieja (1299) está colgada en la montaña. En este nuevo Camino, del mar a la montaña, casi a lo bestia, por el Puerto de Villarroya andaré a 1700 msnv. ¡Sólo tengo previstas cinco jornadas para este reto! |
Al
menos conozco gran parte de la previsible ruta y muchos de sus núcleos
y/o aldeas, así como algunos caminos por mi actividad turística de
"recorrer pueblitos" y montañera de "hacer montes". Voy a partir con muy
poco equipo -unos 4 kgs. a la espalda- y como siempre una mini agenda
de bolsillo (ésta de 1974, bien encuadernada, que hace de mi diario de
las trincheras para tomar las primeras notas y sellar) donde he trazado en el mapa la línea recta que en principio he proyectado seguiré.
Viernes, 5 de Septiembre de 2014
1ª Etapa: PEÑISCOLA - SALVASSORIA (masía en ruinas), 55 kms.
Después
de cerrar anoche mi "internet", Sigfrido Mallén, el panadero de
Cantavieja, me convence de la casi imposibilidad de hacer una ruta
rectilínea, porque las paredes rocosas de los diversos montes de Teruel
me lo impedirán.
Salgo muy de noche a las 5.50 h. Una vez más por necesidad del programa y para hacer honor a mi apellido BAT (murciélago). Se
espera mucho calor. Veré amanecer todavía liado en el polígono
industrial de Benicarló. La jornada va a ser un infierno de 15 horas en
el asfalto y algo perdido entre montes...
Atravieso
Calig ya de día acompañando a José (11), el niño que va andando a la
escuela unos 200 metros, que cuando le cuento mi objetivo salta
espontáneo con un "jo y yo que me quejo por esta caminata".
En la Font de la Salut
de Traigera me tomo el primer respiro con descanso, bocado y trago de
agua y lavado de pies en la fuente milagrosa, que aunque no creo en los
milagros, sí en las inmensas bondades del agua.
En el primer
camino pedregoso para salvar Traigera y salir a la N-232 cerca de La
Jana ya empiezo a sufrir por el primer error que ya detecto en mi
equipaje-calzado. Llevo unas zapatillas muy desgastadas en la suela
delantera de los pies -son como para andar en pista de ceniza-, porque
no son buenas y ya me han llevado en muchos cientos de kilómetros. Por
reducir peso, ni me he cuestionado calzar las botas de treking. Lo
pagaré caro.
Las
moscas van a sumarse en el siguiente larguísimo tramo de las horas más
calurosas y bochornosas del día por el arcén hasta cerca de Cati. Sólo
el camionero Jorge Bernal (30) se apiadará de mí y me ayudará. En la
única parada que puedo hacer en sombra, bar de la gasolinera de Xert, se
ofrece e insiste en llevarme hasta Morella "desde donde vas mejor a
Villafranca". Tengo que aceptar la ayuda, pero sólo en 5 kms. hasta el
desvío a Cati, al iniciarse el Puerto Querol. El camión grua es enorme,
su hospitalidad y trato aún mayores. Deportista de élite, corre
maratones de montaña y está orgulloso de su pueblo Andorra y de la
peluquería de su familia. Nos ocurren dos incidencias, que libra con
"sobresaliente" (sobre todo para mí), que le van a merecer uno de mis
comenarios destacados (el número 239) en mi entrada Aconteceres y
Personajes en mis Caminos.
Parece
increible pero va a ser cierto. Las moscas pegajosas aumentan hasta
casi un pequeño enjambre. Ni las gafas, ni cubrirme la cabeza con la
toalla ni los gorrazos y/o toallazos con que a veces agresivamente trato
de echarlas, me sirven. El colmo ya es que al parecer el manjar que
ansían es el lagrimal de los ojos. ¡La más larga en el tiempo,
sorprendente, desesperante y desquiciante situación que he sufrido en
todos mis Caminos! Físicamente, al cubrirme la cabeza no he calculado
las pisadas en el infernal y pedregosso larguísimo camino del batrranco
de Salvassoria. Dos ampollas han ido creciendo en la delantera de mis
plantas de los pies. He tenido que cambiar a andar con unas chanclas de
playa.
Mentalmente
me desequilibra bajándome la fuerza y concentración a mínimos. Reduzco
el ritmo, sufro en los pies hasta cerca de perder el conocimiento,
cometo errores, me desvío a un barranco sin salida...
Las reses bravas -aquí al menos cinco me miran desafiantes- muertas de hambre y de sed, que apenas hay bocado y ni gota de agua. |
A las 20,30 h. esta "foto" tiene su historia, que pudo ser macabra para mí... pero que terminó con final casi "feliz". Lo cuento en el texto siguiente, que creo merece la pena. |
A las 20,30
h. mis luces y las del día ya son mínimas. Encuentro este muro
infranqueable en mi camino. Miro para saltarlo, no puedo. Retrocedo a
ver donde me he equivocado en el camino anterior. Media hora de aún más
sufrimiento, donde lo único que veo claro es que se echa la noche, que
estoy perdido y agotado física y mentalmente. En mi deseperación, vuelvo
ya de noche a intentar franquearlo como sea. Bajan dos coches, que
abren la puerta. Uno será mi salvador.
El
guarda Julio (38), extremeño y deportista de bici y andar a tope, es un
mocetón enorme de 120 kilos (me lo dice) y casi dos metros (me lo
parece). Pero su humanidad y hospitalidad como persona me va a demostrar
que aún son mayores. Exquisito en el trato y la charla, se ofrece a
bajarme a Vinaroz, donde va a dormir en el todoterreno que tantos miles
de piedras supera cada jornada. Me lleva a la única fuente (medio
kilometro más arriba de la masía en ruinas de Salvassoria) que cae un
hilo mínimo de agua y me da su botella, ya vacía, de dos litros. Me baja
a la masía en ruinas, donde me atreveré a dormir, y me asegura que esta
noche no va a llover. (Ayer sí lo hizo y de tormenta peligrosa).
Julio, tienes otro espacio merecido entre mis Aconteceres y Personajes en mis Caminos. (240).
La
noche es difícil, pero casi "feliz" a partir de las 21,30 h. que me
deja sólo y dueño del bosque, tal como la preveía una hora antes. No hay
un espacio cubierto decente para echar la toalla y el saco. Al menos
tengo agua, una pequeña linterna solar y la confianza de que acertará en
su pronóstico, que he creído de sabio en la naturaleza. A la entrada de
las ruinas de la iglesia, entre matorrales más altos que yo y una capa
de basura ya casi petrificada del ganado bravo que me rodea, encuentro
un pequeño hueco para pasar la noche, sin saber las piedras que le
esperan abajo a mis costillas, metido al menos en un buen saco, que eso
sí llevo y me da tranquilidad y confianza. ¡A las 22,30 h. ya casi soy
feliz en mis pensamientos., tumbado de cúbito supino y mirando a las estrellas!
Lo de Bat (murciélago)
ya parece que lo llevo como inseparable en mi aventura. Esta noche
dormiré con ellos y algún otro volador más grande y ruidoso.
Sábado, 5 de Septiembre
2ª Etapa: SALVASSORIA - MASIA TORRE DE CASTELLOTE, 45 kms.
El
cencerro cencerreante de una vaca brava que busca bocado entre las
riscas cercanas me mantiene despierto o en entrevela. Un bicho grande me
lanza un "grito" casi similar al humano desde la espadaña de encima,
que me eriza la piel, pero le contesto con mayor potencia y le acojono,
porque abre sus grandes alas y se tira hacia el fondo del barranco.
A
las 6 h., mi mente más que mi cuerpo ya no aguantan tumbados. Y como
tengo que orinar, ya me preparo para la segunda jornada dura. Y empiezo
mal, demasiado mal. Me empeño en sacar fotos con flash, que no salen, y
además gasto la batería, otro tremendo error. Tampoco hay cobertura. El
siguiente error es que no encuentro la fuente a la que ayer de noche me
llevó el guarda gigante. Retrocedo y camino en sentido contrario. Otra
larga media hora perdida, porque el anterior sí era el camino.
Empieza a amanecer cuando estoy casi dos kms. más atrás y abajo de hasta donde me llevaron ayer de noche a la fuente. Detrás mi "hotel" de esta primera noche, la masia en ruinas de Salvassoria. |
"Sigue el
camino/pista sin dejarlo hasta Llacua. son más de 9 kms. en una primera
subida muy dura y pronunciada", me lo dijo bien claro. Pero me salgo al
atajo. No sé si la cago o acierto. Si sé que me cabreo, que me meto
hacia el barranco de la izquierda sin salida de nuevo, que veo más reses
bravas, que el jabalí que se asusta en un matorral me eriza de nuevo
durante unos segundos la piel... y que me digo "si por aquí son capaces
de subir las vacas y el jabalí también subiré yo". Sufro. Sufro de pies,
cuerpo y mente. Veo la pista para los todoterrenos muy todoterrenos al
otro lado del barranco, pero el de mi muy a la derecha. Encuentro una
senda pedregosa sin usar desde hace décadas, es parte de una calzada
medieval.
En Llacua, aldea que veo abandonada a más de la cuota mil, ya me veo fuera de peligro. A quí se inicia una gran meseta de prados y cultivos pobres por la carencia de agua. |
A las 8,30
entro en la solitaria aldea de Llacua. Lo he conseguido en sólo dos
horas. los supuestos 9 kms. Me encuentro con Delfina Montfort ("ayer
cumplí 72 años"), la única que duerme aquí y sólo me habla en valenciá.
Tampoco es fácil, pero esta vez sí diferente, mi llegada a Villafranca
del Cid. Dos horas después, me encuentro en plena montaña, a su salida
de uno de los campos de trufas, con un viejo conocido y hoy empieza
siendo mi ángel de la guarda. Paco Fuentes (78), el de Ares del
Maestre, me reconoce y convence de que es una barbaridad atravesar de
aquí a mi objetivo inmediato (Villafranca) por las montañas muy
difíciles e inhóspitas que voy. Acepto, consciente de que peco un poco
en mi ambicioso objetivo, y a las 11 h. estamos los dos desayunando
juntos en el bar Avenida. Su bondad y ser harto conocido en la zona no
me permiten pagar. Al "cómo no me has avisado que venías" le sorprendo
con un "mis aventuras son así... soñaba con haber llegado anoche a tu
casa o haberme alimentado un poco en tus campos truferos" me sigue con
un "pero si ahora no es época".... "¡Y yo qué sabía, pero ves cómo he
pasado por al lado de ellas!
A dos kms. de Villafranca está el Santuario donde se inició el antiguo pueblo. En mi paso a las 13,30 h. están en la calle de fotos y de boda. |
Al atravesar este puente me siento feliz en la Edad Media. Es San Miguel de la Puebla, donde se despide la provincia de Castellón. Pasa el río Guides, que nace poco más arriba. ¡Hay agua! |
Y
ya carretera. Llego a comer a Iglesuela del Cid, tras dos horas de
asfalto y calor abrasador de tormenta. En una hora me recupero y charlo
con otros comensales, hasta uno es de Baracaldo y coetáneo. ¡Me he
dejado en casa el cargador del móvil y se me está casi acabando la
batería! Quedo muy limitado para comunicarme con mi compañera y para
sacar fotos. Pero el agua, que desgraciadamente tanto escasea por estas
montañas y barrancos que ando y aún me quedan, es más importante. Y de
oxígeno, no hay problema. Así que espero cumplir el objetivo... y hasta
adelantarme en un día.
Este Camino
me está resultando muy duro. Y las causas son varias. Pero realmente de
las dificultades es quizás de donde más se aprende. Si mi lema es
"querer es poder", estoy teniendo y voy a seguir teniendo aquí y ahora
otra excelente oportunidad para superarme y decírselo con humildad al
mundo.
Todos
los días está de tormenta. El ruido es mucho, el agua en general poca y
dañina, pero si te pilla... Y me pilla cuando me faltan tres kms. a
Cantavieja. Aguanto, espero, me cambio, bebo mucha agua... y sigo,
montaña arriba, hacia Fortanete. La Comarca de las Dehesas es
impresionante, se entiende la formación geológica de la Tierra desde
hace millones de años. Subo y subo. Anochece. Va a disparar una segunda
tormenta. En la masía Torre de Castellote (1550 msnv), los hermanos
Monforte traen la tranquilidad a mi mente a las 9,30 de la noche. Dormir
aquí, en una cueva entre paja, va a ser una experiencia inédita para mi
y probablemente irrepetible. Pero la actitud de ellos, de inmenso
agradecer, que por ética aventurera rechazo en parte. Me ofrecen bajar a
Cantavieja y/o subirme cena y bebida. "He comido en Iglesuela y ya
llevo 30 ml. de agua, que me es suficiente en mi austera aventura". Al
verme en internet y mis explicaciones, me escuchan atónitos... pero
anochece con truenos y rayos y olor a agua inmediata.
Torre de Castellote. La masía ofrece unas vistas espectaculares de la plataforma montañosa de Cantavieja. |
Subir
casi tres metros verticales por fardos bien plegados y justo en la
puerta de una enorme cabaña repleta de ellos, me cuesta un triunfo, en
la oscuridad ya de la noche y con la sola luz esporádica de los rayos
(que por cierto me muestran unas vistas súbitas de la inmensidad y
belleza del entorno, desde la altura espectacular de mi azotea). Media
hora nada menos para lograrlo y haciendo malavarismos por una "chimenea"
que no entramos juntos la mochila y yo.
Domingo, 7 de Septiembre
3ª Etapa: TORRE DE CASTELLOTE - ALLAPUZ, 45 kms.
Tampoco he
apreciado la sensación de dormir unas mínimas horas, pero he podido
aguantar hasta las 4,30 h. tumbado y descansando. El cuerpo humano es
inteligente, porque ya sabe descansar lo suficiente. La necesidad de
orinar me obliga a levantarme y descender al suelo para echar a andar a
las 5,30 h.
Camino
aún una hora puerto arriba bajo la luz de la luna, las constelaciones
de las Osas y la Vía Láctea, también llamada en España Camino de
Santiago. Y después el largo descenso otra vez más al barranco, donde un
buen desayuno de sartén y dos horas y media de charla con los nativos,
me recupera en el bar de María Angeles, en Fortanete.
De noche, a las 6,30 h. llego a la 2ª altura máxima de mis Caminos, Puerto Cuarto Pelado, 1657 m. (en el Camino de Madrid, en Rascafría toqué la cota 1790 y con algo de nieve) |
"Fortanete, la joya oculta del Maestrazgo", es el título de una entrada en internet que veo al bajar esta foto |
El
sol de nuevo aprieta cuando a las 10,50 h. salgo del "barranco" de
Fortanete para iniciar un nuevo monte alto sin tener que dejar el
asfalto. En el ascenso charlo unos minutos con dos ciclistas holandeses,
padre (65) e hijo (28), que en su camino de Amsterdam-Fatima-Santiago,
tienen que parar unos minutos a esperarse y descansar. Y a las 13,30 h.
corono Villarroya (1700), pasando sólo siete horas después a ser la 2ª
cota - y la más alta por asfalto- de todos mis Caminos. Estoy en los
Montes de Teruel y esto es cosa seria para el peregrino, aunque en
Rascafría del Camino de Madrid pasé sólo 90 metros más alto pero no
por asfalto, sino por la nieve.
Hoy ando por las alturas y el sol abrasa. Bato por dos veces mi techo caminero por el asfalto. Y aún me queda otro de 1507 msnm. |
Otros
12 kms. de descenso y casi tres horas me llevan a comer en Villarroya
de los Pinares, donde la todavía joven propietaria de la fonda se
lamenta de que no puede con los impuestos y va a tener que volver a
malvivir del campo en la masía del padre. ¡Esto es Teruel y la España de
los pueblos pequeños!
"No
siga andando, que le va a pillar la tormenta"... pero el peregrino
tiene que seguir. Y hasta ve un río con agua, con muy poca agua, una
poca de la mucha que cayó ayer de tromba. Y saca la última foto que el
móvil le permite a un pequeño torrente donde le dan muchas ganas de
meterse.