Desde Aguilar de Campóo a Bembibre, andando otros 265 kilómetros de soledad y buenas gentes, con duras aventuras en la nieve, noches en la calle... pero muchas más rosas que espinas.
Termino
sano y salvo la difícil "aventura" el viernes 21 de marzo (normalmente
el día del paso del invierno a la primavera) al anochecer en Bembibre.
Pero también el regreso en bus y tren a Aguilar -vía León y Palencia-
me reserva algún problema no deseado, para el que ya mi mente y cuerpo
están preparados. Aquí lo cuento.
Cuando he ido
sumando caminos diferentes en la Península Ibérica en esta última
década, también empecé a soñar en recorrerlos todos caminando a pie. En
solitario, diferentes épocas, clima, dificultades y trazados. En enero
he terminado el 22º. Y el pasado octubre, en Logroño, cuando creía
haber cerrado un ciclo, ya comenté que los objetivos no tienen final, si
la voluntad y la constancia son muy fuertes, porque la creatividad no se aca.ba
Y un día
en Aguilar me crucé con dos peregrinos. Ellos hacían el Camino Olvidado.
Hoy me toca a mí, aprovechando unas semanas de vacaciones con la
familia, que me animan a ello. Este Camino, obviamente muy desconocido,
va de Bilbao a Camponaraya, donde entra en el Francés. Tengo una
semana para los casi 300 kms. de esta "segunda parte", que me objetivo
desde la villa palentina. El tramo restante desde Bilbao, lo dejo para otra ocasión.
Será el Camino diferente
23º a pie en mi manera de contarlos, porque son muchas más veces las que
he salido a hacer tramos largos. Y siempre lo he escrito y contado, que ambas forman completan la cultura. Por ello,
alguien que me escuchó una charla, se metió y sigue añadiéndolos en su muy
trabajado blog de enlaces
Diarios de Peregrinos. Allí está mi
primero, allá por 1965, de una forma muy diferente. Cincuenta años ya.
El premio no es tanto el figurar como séptimo diario escrito más antiguo
de la historia de este tema y ser el peregrino vivo que tiene el diario
más antiguo escrito y está documentado -según este virtuoso y tenaz
recopilador-, sino que quede escrito para siempre y para toda la humanidad. Eso es cultura
para todos, aunque por desgracia sólo la aprecie una minoría.
Lunes 17.03.2014 - 1ª Etapa: AGUILAR DE CAMPOO -CASTREJON DE LA PEÑA, 52 kms.
Madrugo para salir de noche, a las 6,25 h. Porque conozco bien los más de 30 kms. iniciales, que podría hacer de noche. Pero es que la primera etapa me exige un sobreesfuerzo para intentar
llegar a dormir a Guardo. Y eso que la helada es de órdago, pero el día
se prevé va a ser fantástico para mi andadura.
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Santa Cecilia, joya del románico, y el Castillo me despiden de madrugada y de noche en Aguilar. |
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Presa del Embalse de Aguilar y río Pisuerga. Este me acompaña río arriba hasta Cervera. |
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El catamarán está en paro. No envidio una vuelta en él, que tampoco despreciaría. |
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Desde el amanecer disfruto en el horizonte de la Montaña Palentina, que cada hora recorrida de hoy se me irá acercando. |
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Si hubiera
hecho este Camino en 1955, caminaría por esta "carretera" tras pasar por
Renedo de Zalima. Después se la tragó el Embalse, que está a mi espalda
y al que sólo le quedan tres metros escasos para llegar a su cota más
alta, de 942,50 msnv. |
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En Salinas,
apellidada de Pisuerga para distinguirla de tantas homónimas en España,
no me salto el cruzar entero el pueblo, pero sí esta ermita de NªSª de
Quintanahernando a 900 m., donde empieza a embalsar el pantano, porque
la he visitado hace tan sólo tres días dando la vuelta circular completa
al Embalse, que he subido al blog Anetismo. |
Me amanece al paso junto a Corvio, retrato la
espléndida parroquia de Matamorisca, en lo alto del monte, separada del
pueblo y como enfadada con sus feligreses. Después Renedo de Zalima,
donde dejo una nota por debajo de su puerta a Gelín y Mari, después de
haber descomido la primera del día en una campa de al lado.
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Y a partir de
ésta, mis fotos directas al paso por el Olvidado. A las 6,48 h. al poco
de salir, voy por debajo de la presa del Embalse de Aguilar. La luna me
ilumina el Camino. |
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Por Matamorisca, con su gran iglesia solitaria al fondo, ha amanecido y la helada blanca es muy fría. |
En Salinas de Pisuerga, además de patear
todo el pueblo de 414 habitantes, paso unos minutos a visitar a Luis
Suances, tío carnal de mi cónyuge
, que a sus ya más de 85, lleva más de dos años en estado muy deteriorado en la Residencia.
Después
sigo también alejado de la nueva carretera porque no me quiero perder
el encanto de los pueblos que viven aquí tanto con el Pisuerga, que
hasta muchos se lo han incorporado como apellido.
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Unas pocas
gallinas de las muchas que tiene Guadalupe, 93 años y la cadera rota, en
Barcenilla, donde sólo duermen todos los días ella y su vecina Avelina,
de 81 años. ¡Qué pena que tan rico y bonito pueblo esté casi
despoblado! |
En Barcenilla saludo a Avelina (83) y a Guadalupe
Labrador Olea (93), que aunque muy mayores e invalida la segunda, son
las únicas personas que duermen todos los días en esta aldea. En
Quintanaluengos me agrada ver a tres personas, que es el 10% de toda su
población, esperando al Bibliobus. Y entre ellas a Luciana, de 92 años.
También charlo un ratillo con Nati, la conductora y bibliotecaria,
porque es la primera vez que veo y me subo a una biblioteca andante.
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Quintanaluengos
y detrás la Montaña Palentina nevada, que no dejaré de ver hasta pasar a
León, donde como la nieve no entiende de provincias políticas, va a
seguir siendo igual de montaña e igual de nevada. Claro, por eso lo
del... Camino de la Montaña. |
Antes de Cervera, me tengo que fabricar un
palo para apartar las zarzas y matorrales que me incordian a veces por
meterme en líos de atajos o pasos desconocidos junto al río. Me cuesta
llegar a Cervera mucho más de los inicialmente programado, ocho horas
para 28 kms., y voy con bastante retraso.
Sigo el
consejo de un empleado del Ayuntamiento y camino hacia Cantoral. Pero el
escaparse del asfalto tiene su otro tributo, el de desviarse a donde no
procede. Y esta vez subo hasta la Tejeda de Tosande, de verdad un
escondido paraje maravilloso, que por cierto ya visité hace muchos años
en su extensa riqueza natural. Pero son 15 kilómetros de más, por lo que
en Cantoral ya acumulo varias horas de retraso.
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Tras Cervera
de Pisuerga, antes de equivocarme subiendo hasta la Tejeda de Tosande,
ya atravieso minas de carbón que han dejado de explotarse hace unas
decenas de años. |
Tras 13,5 horas de caminata, con sólo
pequeñas paradas para la charla, las fotos, orinar y comer un bocadillo
sentado en la hierba junto al río, a las 20 h. llego a Castrejón de la
Peña. Qué pena encontrarme en tan duro momento con gentes incultas y
desconfiadas. Dos horas de espera en el frío bar, para conseguir a base
de casi limosnear, un suelo cubierto. Cuando ya después de las 22 h., el
alcalde pedáneo me abre la escuela en obras y sin luz ni limpieza,
después de tener que contarle todo mi currículum y que consiga una
fotocopia de mi DNI, le noto que sigue pensando que puedo ser un
malhechor... y que va a dormir más intranquilo que yo. ¡Gentes que se
siguen fiando de los políticos y los curas, después de la que
históricamente les viene cayendo, y no de los peregrinos, que les
traemos paz y cultura!
Martes, 18.3.14 - 2ª Etapa: CASTREJON - SABERO, 50 kms.
7,20
/20,45 h. Con todo lo de ayer y de la poca hospitalidad del alcalde,
que el pueblo no tiene la culpa, he dormido bien. Bueno, es cierto que
el peregrino no exige ni debe exigir nada, pero puede y debe opinar y
contar la verdad de lo que le pasa. Salgo a las 7,20 h. Claro que lo de
desayunar, ni pensar ni aquí ni en los siguientes pueblos del apellido
"de la Peña".
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Castrejón de
la Peña: la crítica a alguna persona incompetente no coincide con la
belleza del pueblo y con la de este amanecer tras dejarlo a mi espalda. |
Alterno carretera, caminos y hasta unos
trozos de ferrocarril. Pero esta mañana vuelvo a tener las curvas
cambiadas para los atajos, porque cada vez que cambio es para dar más
vuelta. Al fin es Santibañez de la Peña (aquí debía haber llegado
ayer), cuando a las 10,45 h. encuentro el Ayuntamiento y el Telecentro,
desde donde actualizo este blog y me siento reconfortado, porque el
mundo ya sabe por donde ando. ¡Son las 12,15 h. cuando voy a a desayunar
y almorzar a la vez!
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Cuatro fotos
que casi se explican solas. Es lo que va viendo el peregrino. Los
nombres de estos dos últimos pueblos me hacen sonreir. Aquí no se
encuentra la fábrica de muñecas Famosa, como puede confundir. |
Del Bar Mylo, tras mi rápido almuerzo, debo decir que
la calidad-precio-atención-simpatía es de lo mejor que he disfrutado en
su género. De la monja Sor Tiva, Primitiva Martín Martín, que en el
Teleclub me ha regalado dos detalles de Cristo y la Virgen, que la
vuelvo a encontrar y hablamos un rato. Convencida de Dios, lo predica
bien y parece cumplirlo con el ejemplo, pues con 81 años cuida a su
madre de 109,5 años. ¡Cuánto me hubiera gustado visitarla y saludarla!,
pero el tiempo apremia... y a lo mejor peco de imprudente.
Un
hecho aislado empaña este para mí extraordinario día, como se demuestra
al final del escrito de esta etapa. Un G.C., que previamente me ha
cruzado al menos dos veces patrullando en la carretera a Guardo con un
compañero, me detiene, retiene, interroga, comprueba mi DNI... pero
cuando va sólo. A mi distendida observación de que cómo va sólo y cruza
la carretera dándome la espalda, situándose en indefensión, con la mano
derecha a media altura con mi documento y la pistola enfundada y
probablemente asegurada porque salía de conducir, me contesta con un
altivo "pero seguro que soy más rápido que Ud.", a lo que sonrío sin
creermelo. Su lentitud en la informática o la comunicación telefónica me
da tiempo hasta para descansar un rato sentado al borde de la carrtera
junto a mi mochila y echar un trago de agua que saco del macuto. Al
"qué...¿aún no aparezo en busca y captura?" no contesta. Y por contra,
tras contarle un poco de la razón de mi travesía andando, suelta un
"Ah... ¿es peregrino?" Es la tercera vez en mi larga historia
peregrino-andante que me retiene la G.C., pero en las dos anteriores
supieron mantener las distancias de seguridad y de educación
disculpándose de que obedecían ordenes. Con todo, mi sicología me
aconseja que le despida con una mentira necesaria, por si he herido su
sensibilidad en los comentarios distendidos anteriores. "Comprendo su
trabajo y agradezco que se preocupen por la seguridad del peregrino y de
la ciudadanía" (?). A este chico, su imprudencia quizás por el
aburrimiento del nulo trabajo, su sueño de pescar a un malhechor, su
arrogancia de juventud y uniforme y su manifiesta incultura le pueden
perder.
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Al paso rápido por Guardo, me sorprende este escaparate, la sede de la Peña del Club del casi "mi pueblo" Bilbao. |
Como el tiempo vuela, me prometo pasar de
Guardo sin parar. No es así. Un escaparate en la Calle Mayor, ya poco
comercial, me hace desenfundar la retratadora y echarle una foto a la
sede del "Atlhetic Club - Peña de Guardo". Más adelante, una pregunta y
charla con dos lugareños de buen porte, da para varios minutos... de que
son forofos del Athletic y bastante más. Tanto que Fernando (55) me
insiste en sacarme después hasta 15 kms. (que es lo que perdí ayer y
llevo de retraso) y eso que le esperan en Santander, que está en sentido
contrario.
Pues hay más alegrías. Otra pareja, que
entiende bien que no podré llegar de día a Cistierna, detiene su
turismo en plena larga recta e insiste en llevarme. Acepto por su
agradecible detalle, y porque la negativa inicial parece desairarles.
Pero lo de estos buenos personajes, lo dejo para dedicarles unas líneas
especiales en mi entrada de "Personajes y Aconteceres del Camino"
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A las 17,32
h.,tras retratar este puente medieval de Puente Almudey, me olvido aquí
el bastón que ayer mañana fabriqué antes de Cervera junto al río para
apartar las zarzas que se me adherían como lapas. |
Como Cistierna no parece tener mucho de mi
gusto, tras un corto de cerveza con ellos en el Club de Jubilados, casi
lleno a tope, les despido para llegar muy de noche al nuevo objetivo,
Sabero, que ronda los casi 50 kms. de etapa realmente andada por mí,
como es mi costumbre puntualizar en este blog.
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Ayuntamiento
de Cistierna, ejemplo de la riqueza de una época, primera mitad del
siglo XX, que ya pasó. Cabecera de zona, como Guardo y Sabero, por la
minería del carbón que les hizo algo grandes, después sufren para
mantense. |
Es muy de noche y el pueblo carretera muy largo,
unos cuatro kms. De 21,15 a 22 h. cuatro paisanos no me dejan marchar
del bar, donde ya ceno con ellos de pinchos en la barra y respondo a sus
preguntas interesadas. ¡Simpáticos y buena gente!
El
Albergue Juvenil privado está cerrado y sus dueños ausentes porque ahora
no hay negocio. A las 22,30 tumbo mi cuerpo en el suelo encima de la
esterilla y me me meto en el saco a descansar. Lo de la ducha sigue
siendo prohibitivo en mis extensos horarios de caminante. En esta zona y
tiempo hay agua fría por todas partes, bajando de prisa de las montañas
nevadas. En mi macuto siempre llevo una toalla vieja y jabón.
Miércoles, 19.03.2014 - 3ª Etapa: SABERO - LA ROBLA, 55 kms.
Tras
salir de mi burbuja moderna (saco momia) a orinar a las 5,45 h., el
aspecto nocturno y claridad de la luna en su tercer día en C de
menguante, a las 5,58 h. me invita a arrancar a andar y subir el
"puerto" camino de La Robla.
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El trazado de
este Camino Olvidado o de la Montaña va desde Bilbao a La Robla muy
cercano al viejo ferrocarril de vía estrecha, llamado de "La Robla" (hoy
restaurado y de viajeros León -Bilbao), que se hiciera a principios del
s. XX para llevar el entonces "oro negro" al gran puerto del
Cantábrico. Esta foto muestra una de las pocas apariciones del tren -en
el que, para inicio de un tramo de otro "Camino", he viajado de Bilbao a
León-, que en estas etapas se me muestra de cuando en cuando. |
Vivo unas de las dos horas más extraordinarias de mis
amaneceres. Subiendo, que es mi preferencia, con la luna iluminándome
por delante y el Planeta Venus brillando por detrás. Sabero es un pueblo
muy largo, ya lo he escrito, que hoy continúo por la carretera de sus
afueras. Disfruto de la música natural de las aguas saltarinas que
torrentean desde las montañas cercanas y nevadas, del canto de los
pajarillos, carabos y buhos, gallos y perros en la lejanía... hasta del
afónico berrido de los corzos.
A las 7,30, poco después
de que desaparezca Venus de mis espaldas y el sol haya tomada las
riendas del nuevo día, encuentro la última naranja en el fondo de mi
mochila que ha metido mi esposa como último recurso alimentario.
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Sorprendente
fachada en casa de piedra de un pequeño pueblo, con nada menos que seis
escudos, que me "obligan" a entretenerme un rato para estudiarlos. |
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Los ríos y
puentes nunca me dejan indiferente. Los retrato mucho para mi archivo y
para enseñarlos cuando creo que procede. Este, sobre el que pasa "el
tren de La Robla" está muy cerca de... |
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...la estación de Valdepiélago. |
Otra vez un pretendido atajo,-y me había
prometido esta mañana no desviarme del asfalto-, me retrasa una hora la
llegada al Ayuntamiento de La Vecilla de Curueño. Entrada en internet,
error al salir para León, comida distendida en Restaurante
Springgield... total que son ya las 16,30 h. cuando arranco y me quedan
más de 20 kms. hasta La Robla. Acelero a tope, pero también retrato
gallos, que los de aquí me dicen son famosos mundialmente por tener la
mejor pluma para la pesca de río, y paro a saludar y charlar un poco
con paisanos.
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La Vecilla de Curueño. Palacio y Torreón Militar del s. XV, extraordinariamente reformado y adecuado para actual Ayuntamiento |
En el almuerzo, atiendo mensajes pendientes en el
móvil. Es el día del padre y este peregrino tiene dos buenos hijos que
le siguen puntualmente en sus aventuras. Sus ánimos de hoy inyectan
mucha moral para el largo camino que esta tarde me espera.
Es
de noche total cuando llego casi sudando y oigo las nueve campanadas
delante del Ayuntamiento de La Robla. El alguacil de turno me atiende e
indica de maravilla, llamando al encargado del nuevo Albergue. De 21,30
a 23,00 h. me empleo en la charla distendida con Sixto, encargado y que
vive un rato "mi Camino",en las labores de aseo personal y de
escritura... y también por fin me tumbo en la litera baja más cercana al
radiador eléctrico, envolviéndome con sólo paños menores en dos
mantas, para que el saco de alta montaña esta noche descanse en el fondo
de la mochila.
Jueves, 20.03.14 - 4ª Etapa: LA ROBLA - FASGAR. 59 kms.
Etapa Candela.
Descansar
tumbado siete horas en litera, no es igual que dormir, pero para el
cuerpo, que es "inteligente", puede ser suficiente para volver a estar
en forma al amanecer siguiente. A las 6,20 h. inicio mi andadura, que
hoy me espera kilometrada en subida a la montaña leonesa. En las tres
primeras horas disfruto casi las mismas sensaciones de ayer.
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Me amanece
subiendo un puerto camino a La Magdalena, pueblo cuyo nombre me recuerda
a su homónimo de la patrona de Arrigorriaga y a mi nieta mayor Maialen. |
La Magdalena, a 20 kms. es mi primer objetivo. No sólo encuentro el
desayundo necesitado en el Hotel Santa Lucía, sino algo mucho mejor, la
extraordinaria hospitalidad y cariño de su propietario Juan Carlos, un
luchador y trabajador polivalente, que mucho sabe de esta su tierra y
este su Camino. En seguida subirá a internet (Facebook) la foto que nos
sacamos juntos y un breve comentario de mi aventura, que sólo diez
horas después me va a aportar una inmensa ayuda.
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Desde Bilbao se está trabajando para "resucitar" esta maravilla de Camino. |
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Y en el Camino, también nos hacemos por unos minutos amigos como estos. |
Llegar a Pandorado me cuesta unas horas. Hay belleza
natural en las aldeas que cruzo. Y otro largo y más empinado puerto para
coronar la cota de 1.100 m., que no será la máxima de hoy.
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Pandorado
(1100 m.) Esta vieira no es para mí un adorno peregrino. Es el "vaso"
más cómodo que he descubierto en mi 23º Camino, que llevo en el bolsillo
del pantalón para beber agua a menudo, como es necesario en poca
cantidad y muchas veces, de fuentes, arroyos y canalillos de la cuneta. |
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"En Vegarienza tienes una casa muy especial para
comer. Es comida y ambiente totalmente casero", me ha dicho Juan Carlos a
las 9,30 h. Pero en El Castillo, el pueblo anterior, sigo las flechas
amarillas que me sacan de la carretera y después me dejan tirado. Aquí
es donde meto cuatro kilómetros de más que me enfadan, hacen retroceder y
casi me dejan sin comer, porque a las 15,30 h., ya a las dos señoras
mayores -que tienen que ir a limpiar el gallinero- les parece
tardísimo. Almuerzo unas judías frescas, lengua estofada de ternera, con
agua, pan y vino, en la mesa corrida de la amplia cocina, mientras la
cocinera aparenta ver la tele pero se le nota el "cabreo" porque me mete
prisa con un "allí me estan esperando... y es que les soy más necesaria
que aquí". Está muy bueno, pero son diez euros en veinte minutos
sentado, porque me marcho con dos manzanas y un plátano, que lo como
fuera tumbado en un jardín cercano.
Desde Pandorado he bajado, pero a partir de este meteórito almuerzo, empieza de nuevo la subida.
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Al ver el anuncio de Aguasmestas, se abandona la ctra. a Villablino por el Valle Gordo con el rio Omaña, por la izquierda. |
Son las 16,34 h. y me quedan 20 kms. de dura subida. Y
el corazón tiene doble actividad, con el bombeo a las piernas y al
estómago para la digestión. Bajo el ritmo y aún me dirán después "a
menudo paso subía". Cirujales, Villar de Omaña, Villaverde, Marzán,
Barrio de la Puente, Torrecillo, Posada de Omaña, Vegapujín y Fasgar son
aldeas de postal en este valle de montaña, reserva de la biosfera. La
nieve se me acerca y al preguntar a algunos nativos, me lo ponen como
imposible que mañana pueda atravesar la montaña (cota 1645 msnm en
Collado del Moro) "con más de un metro de nieve" y llegar al otro valle,
ya en el Alto Bierzo.
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Sigo ascendiendo cota y bebiendo agua en mi vieira de las "cascadas" que se rompen en la cuneta. |
A las 20,10 h., tras abrir la puerta del bar Teleclub
de Fasgar y saludar con un "buenas noches a todas y a todos", nueve
caras se vuelven hacia mí. En la mesa corrida de la derecha, seis
hombres de edad muy madura juegan a las cartas. Tras la barra de bar
del fondo, uno de edad media y cara muy curtida por la alta montaña, me
observa sin palabras. Y en la mesa de la izquierda, una madre joven
levanta atónita la cara del móvil y me asegura: "¡Usted es Peregrino
Bat!". Al lado una niña de dos años sigue cascando avellanas en la mesa
de madera con una piedra de pizarra.
En
los últimos kilómetros anteriores voy autoconvenciéndome del prudente
fin aquí de este Camino. A los anteriores comentarios anotados se suman
otros tan desanimadores como "en Fasgar igual no duermen ni cuatro y no
verá a nadie". Así que la entrada al bar para mí resulta como la
entrada al cielo, después de un infierno de pensamientos y un purgatorio
de kms. en mi cuerpo. Los cansancios se me olvidan repentinamente.
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Noche en Fasgar (León). Per Bat con la niña que cascaba avellanas -Candela- y su madre Rosi. |
A
mi "Sí. ¿Como lo sabes?" a la madre guapa, su respuesta "Acabo de
verle aquí en Facebook y hace un rato le he seguido en su blog. Estoy
emocionada..." Me siento al lado de la niña, que me recibe bien, porque
es el sitio libre más cercano y creo que adecuado. La larga hora
restante en el local social de Fasgar es también para mí emocionante.
Van llegando más moradores trabajadores jóvenes. La charla, información y
preguntas recíprocas de todos y con todos, me eleva la moral para
atreverme sin dudarlo a la etapa de mañana. Rosi (33) y Santiago (38) me
invitan a cenar y a dormir en su casa. La sobremesa de la cena dura
hasta la 1,30 h. Su hija, con un comportamiento admirable, se retira a
dormir sólo un poco más tarde de su hora. ¡Tras 59 kilómetros de dura
etapa, este "premio" es una excelente compensación!
La niña de dos años que casca avellanas se llama Candela. Casi por encima de la extraordinaria hospitalidad de
sus padres y del comportamiento de todo el pueblo, me admira la hija.
Veo en ella la nueva sabia para que estas aldeas de montaña y
dificultades, de buenas gentes, no sólo sobrevivan, sino se les
reconozca su infinito mérito por conservarnos la naturaleza. Al recordar
ésta como la "etapa Candela", homenajeo a sus padres y a todo el
pueblo, que ahora lo habitan seis vecinos, pero hay 50 casas
arregladas. Y así quiero proclamarlo al mundo.
Viernes, 21.03.14 - 5ª Etapa: FASGAR - BEMBIBRE - LEON, 49 kms.
Etapa del Zermatt Leonés.
La
casa de piedra está a 1341 m. junto al río Vallegordo, afluente del
Omaña, ahora y casi siempre una torrentera rítmicamente cantarina por
el desnieve, y además me dejam la amplia habitación junto al río. Con el
aceptable murmullo de la cascada, me parece oir el de la lluvia.
Efectivamente ha llovido y llueve cuando, tras desayunar con Santiago y
hacernos tres fotos, parto a las 7,55 h. hacia la montaña nevada.
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Fasgar 7,50 h.
La casa arreglada por Santiago y Rosi, heredada de los padres de ésta,
que con una licenciatura en enfermería, probaron fortuna unos años en
Oviedo... y regresaron a la naturaleza. ¡Per Bat os felicita! |
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Fasgar 7,52 h.
Ayer cuando subía a este último pueblo del Valle Leonés del Omaña o
Valle Gordo, me recordaba a la otra subida que hacía con mi hijo de 21
años y dos montañeros más en septiembre de 1995 a hollar el Cervino.
Hoy, algo más viejo y con peores condiciones meteorológicas, lo hago sin
acompañantes hasta el Collado de Campo (1645) desde éste para mí
"Zermatt Leonés" |
En la plaza del pueblo, algunos de los de anoche
parten a la jornada laboral de la construcción. "Hay mucha nieve arriba y
viene muy mal día. No creemos que puedas llegar a la ermita de
Santiago" Es la sinceridad a la que hoy el nuevo día obliga. Pero, ya
con las pilas bien cargadas ayer y durante la noche, yo arranco.
En
seguida hay nieve blanda cubriendo todo el camino. Resulta agotador
cada paso y muy pronto me mojo hasta los tobillos, luego hasta las
rodillas, bastante más tarde hasta la cintura. Llevo las ligeras
zapatillas
Salomon (de Goretex), para mí, calzado tan inmejorable en las grandes caminatas como inútil con el agua y la nieve, donde las más abultadas botas
Goretex sólo
hubieran aguantado sin empaparme un par de horas más.
Llueve
y hay niebla. Ni desmayo ni lo dudo. Adelante, que el tramo duro no es
más que de unos tres kilómetros, hasta alcanzar la cota del Collado
Campo (1645 m.). Estoy bien alimentado, he dormido "bien" y mi moral
está muy alta. Un poco antes de llegar al Collado se borra el camino,
tapado por la nieve con supuestamente altura de hasta 1,50 m. o más en
puntos concretos. Arriba hay un cartel anunciador, que al menos no se ha
tapado. Tengo que jugámela en la bajada al circo, donde supuestamente
está la ermita de Santiago, que leo se reunen cada 25 de julio los de
Fasgar y los de Colinas del Campo en romería de hermanamiento. El
descenso es aún más dificil y peligroso. Sin camino, las "escobas", la
mochila y la arrollada colchoneta embolsada en una mano, me hacen de
flotador cuando me sumerjo en varios hundimientos en los torrentillos de
agua que van por debajo de no sé cuanta altura de nieve. En la otra
mano, el pequeño paraguas plegable de varias batallas aún me ayuda algo.
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A las 9,45 h., en el Circo de Campo y ermita de Santiago ya me veo casi salvado.
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Encrucijada en el
Circo del Campo de Martín Moro, donde nace el río Boeza. Al llegar me
encuentro salvado, intento informar a Rosi, pero no hay cobertura en el
teléfono. Me alimento, saco fotos y replanteo la ruta. Tardo en
encontrar la salida por la niebla que se cierra y la lluvia que no cesa.
En 15 minutos me quedo muy frío del cuerpo empapado que ya llevo hasta
casi la cintura.
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En la ermita de Santiago, (1.550 m.) hay un pórtico
cubierto y emparedado de unos 5m2, suficiente para un descanso y comer a
cubierto el extraordinario trozo de tortilla que sobró en la cena de
noche y que Santiago me ha insistido esta mañana que lleve con un
zusko
de pan. ¡Otro detalle muy necesario para mi posterior éxito! También
hay restos de fuego de hace semanas... por lo que con mi equipo y la
ropa del macuto salvada y seca, podría aguantar aquí muchas horas y
hasta días.
Pero
los minutos pasan, no encuentro la salida por la niebla que de nuevo se
cierra, y además llueve. Me estoy quedando helado. Tengo que salir y
rápido. Lo hago y al de unos minutos encuentro el camino, aunque
previamente me cuestiono vadear el caudal de unos cuatro metros de ancho
y profundidad nada clara, por el torrente veloz de agua. Acelero para
entrar en calor. Una laja resbaladiza del camino me hace caer
aparatosamente. Sólo se me rompe una varilla del viejo paraguas, que
mantengo como tercer necesario compañero junto con la mochila a la
espalda y la colchoneta enfundada en una bolsa de plástico negro en la
otra mano. Sigue lloviendo.
¡Ay
lo de los puentes... aunque me lo explicó muy bien ayer Arsenio! "Vas
siempre por la izquierda del río y viéndolo, menos un rato que pasas por
un puente de madera a la derecha..." Me cuesta un ratillo encontrarlo,
porque el camino se mete en el río (es para los animales y en tiempo
menos torrentero). Pero ese puente ya no está para miedosos. Hasta me
permito hacerme y hacerle fotos.
Lo
del segundo (...." y en seguida verás otro que te vuelve a la izquierda
del río") es más grave. No sé si el río, por su fuerte caudal ha tirado
uno o ha abierto otro canal de agua. Estudio largos minutos cómo pasar
el segundo, altamente peligroso por la fuerza de la corriente del agua. A
cuatro patas, muy despacio y asegurando siempre con tres puntos de
apoyo y previa comprobación anterior de los mismos... lo consigo.
A
partir de aquí acelero a tope. El camino ya es casi un río, mejor, así
no resbalo. Y como voy empapado por abajo pues... adelante a toda
máquina y por el agua. Tengo que meter al cuerpo en calor. Llego a
Colinas a las 12,27 h... y ya me considero salvado del todo. Ayer les
dije en el bar que yo me objetivaba hasta cinco horas para este
recorrido y lo he conseguido en cuatro y media.
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Iglesia de Colinas de Campo de Martín Moro. |
Desde Colinas, el resto por camino hasta Igueña. Aquí
peso la mochila (7,570 kgs), tomo un café con leche como única comida
y merced a la empleada de la limpieza, sello la credencial y mi "agenda
de las trincheras"en el Ayuntamiento. Y bajo tan rápido a Bembibre por
carretera, y a veces teniendo que abrir el paraguas, que me autoseco
las prendas de abajo, pies y zapatillas. A las 19 h. llego y
reconsidero que no merece la pena los 15 k. por carretera hasta
Ponferrada para llegar a hora muy tardía, máxime después de la maravilla
de etapa-paisaje-naturaleza que he vivido intensamente.
Terminado
aquí mi Camino Olvidado a pie, aún no ha acabado mi día más difícil de
este Camino.. y me queda el regreso a Aguilar en bus/tren, que tampoco
va a ser un "camino de rosas". Lo contaré en... "El complicado regreso y
conclusiones"
Cuando subo por el Valle
Gordo y el río Omaña, tras enterarme de que en Fasgar se acaba la
carretera, me imagino estar en Suiza, subiendo a Zermatt, para el día
siguiente intentar hollar el Cervino de 4.778 m. Después, al ver el
pueblo de Fasgar iluminado ya de noche y al día siguiente al salir de él
de madrugada hacia la montaña nevada hasta Collado de Campo (1645),
viene a mi mente el nombre turístico que voy a acuñar para este pueblo,
el Zermatt de León.
EL COMPLICADO REGRESO, RESUMEN Y CONCLUSIONES.
Desde Bembibre y a las 7 de la tarde, no es fácil acertar en las
comunicaciones para llegar a Aguilar mañana sábado al mediodía. Lo más
rápido en salir, no es a veces lo mejor. Un bus de Alsa me lleva a León a
las 20,30 h. Aquí la pelea va a ser dura, con cuatro horas de dar
vueltas a una ciudad, que aunque pequeña, también ando los
aproximádamente 8 kms. que he sumado a la etapa, llegando a los 49 de
hoy.
De la Estación de Autobuses al Albergue Municipal,
donde he pernoctado en alguno de mis pasos peregrinos, pero está
cerrado desde hace años. Subo hasta el otro extremo, a la estación de
"La Robla"... y no llegaría a Cillamayor hasta casi las 18 h, de mañana
más tener que bajar a Aguilar otros 12 kilómetros a pie. Intento bajar
rápido de nuevo al albergue de las Carvajalas... y está ya demasiado
cerrado por la hora muy tardía.
Me acuerdo a las 22,30
h. lo que me pasara en Santiago, tras terminar no sé qué largo camino y
querer salir pitando o al menos asegurar billete en Renfe para el día
siguiente. Tuve que maldormir en el jardín de la Plaza Galizia. Hoy en
León, ya sólo me queda cenar bien y relajado y bajar a medianoche hasta
la nueva Estación de Adif-Renfe. Al menos me aseguro de que mañana a las
7 h. hay tren a Palencia. Ya no dejan tumbarse en las modernas
estaciones... y las cámaras lo controlan todo. La calle no baja esta
noche mucho de 0º y mi saco y mi cuerpo lo aguantan. También he secado
toda la mojadura de la mañana con mi propio cuerpo y los 35 kms. a buen
ritmo desde Colinas.
Sábado, 22. A las 6,45 h. ya tengo
los billetes. De 7 a 8,15 h. hasta Palencia. Tres horas y veinte
minutos para patear la ciudad de la "catedral bella desconocida" y hacer
el reportaje de fotos. Parece casualidad, que no hubiera venido por
aquí desde julio de 1965, en mi primer Camino de Santiago, el que ahora
me ha colocado en los primeros puestos del blog de Enlaces "Diarios de
Peregrinos". Por aquí pasé en mi andadura de entonces. Por aquí regreso
de mi última, cincuenta años después.
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Palencia, sábado 22.03.14.
En agosto de 1965 pasé por aquí en mi Primer Camino, con 17 añitos, vi
la Catedral, subí al Cristo de Lotero y dormí por 10 pesetas. Esta
mañana vuelvo en mi regreso para cerrar mi Cincuentenario como
Peregrino. Y en 3,5 horas de la mañana me lleno de nuevo de la ciudad
castellana pateándola de cabo a rabo... menos subir al Cristo de Lotero.
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El tren lento de las 11,35 h. me deja a las 12,51 en
Aguilar. Y en él, aún tengo la suerte de charlar con una pareja de
Marbella que va a Fromista para retomar el Francés que acabaron allí en
otra caminata desde S.Joan Pied de Port. Lo de menos es que mi esposa e
hijo llegan tarde a la lejana estación aguilarense (en Camesa, a cuatro
kilómetros). Lo de más es que llueve a rachas y hace un frío que pela.
Arranco andando e intento atajar como puedo por el polígono industrial
de Villallano. No me encuentran, claro. ¡Y sufro la segunda caída -y
peligrosa- de este osado Camino! Tras la voltereta aparatosa por un
terraplén mojado y resbaladizo, al encontrarme entero... me río de mi
mismo.
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A las 13,40 h. me
autorretrato la última foto en la ermita románica del antiguo
cementerio, con las rocas detrás de Peña Aguilón, que dieron nombre a
este pueblo aguilarense que el 14.05.1255 ya recibiera de Alfonso X el
Sabio, que andaba por aquí, el título de villa realenga. |
A las 14,30 h., tras despegarme de mi mochila y una
ducha relámpago y hasta con agua caliente, me siento a almorzar con
parte de mi familia en el Restaurante Siglo Veinte, hoy invitados por mi
suegra Nati, de 86 años.
Resumen y conclusiones.
Bueno, pues no voy a resumir, para no repetirme. Ahí está contado casi
todo lo que me parece pueda interesar algo. Y en conclusiones, que este
camino es una maravilla para los que además de peregrinos somos
montañeros, que me he sorprendido a mí mismo otra vez más al conseguir
una media diaria de 53 kilómetros y pasando tres noches en muy duras
condiciones. Que es el primer camino que lo hago entero sin gafas -esas
de miopía que me acompañan desde los 12 años- y que lo he visto todo
bastante bien. Tan bien que he acabado muy fresco y sin dolencia alguna,
aunque no me he mirado en la báscula. En síntesis, otra excelente y
enriquecedora experiencia. O sea que... continuaré buscando nuevos
Caminos. La Vía Bayona ya está en mi mente. Y que puedo confirmar una
vez más con mi propia experiencia que...
querer es poder.